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El hilo de oro
Una vez en Creta, Teseo conoció a Ariadna, la media hermana del Minotauro. Ella se enamoró perdidamente del joven debido a su valentía, honestidad y amor por el pueblo, que Teseo muriera en ese laberinto sería demasiado doloroso para su corazón.
Mónica Tietz monicatietzs@gmail.com

16 Sep, 2019 |

El hilo de Ariadna, la leyenda

En el pueblo de Creta vivía el Rey Minos junto a su esposa Pasífae. Poseidón les había regalado un toro blanco sumamente majestuoso (a quien luego el dios poseyó). Tanta era la belleza del animal que Pasífae comenzó a sentir atracción por él, y esto no era raro, pues el mismo Poseidón encarnado le estaba seduciendo.

Con la ayuda del arquitecto Dédalo, la reina pudo cumplir su deseo, pero de la unión pecaminosa de la humana con animal nació un horrible monstruo al que llamaron Minotauro. Cuando Minos se encontró ante esta situación se llenó de ira, pero sentía que no podía matar a la criatura por ser hijo de su esposa, además también era hijo de un regalo de un Dios, por lo que temía el matar a algo sagrado.

Como parte del castigo de Dédalo por haber ayudado a la Reina a cometer semejante atrocidad, Minos le ordenó construir un laberinto en donde pudieran esconder al Minotauro. La intención era mantenerlo con vida ahí dentro, por lo que el Rey estipuló que cada año se sacrificaran 14 jóvenes atenienses, 7 mujeres y 7 hombres, para que entraran al intrincado laberinto y fueran alimento de la bestia.

Teseo, hijo de Egeo y Etra, decidió acabar con la masacre, por lo que se dirigió desde Atenas hasta Creta para matar al monstruo. No dudaba de su capacidad de pelea, y estaba seguro de poder terminar con el problema, pero sabía que salir del laberinto por sí solo sería imposible. El diseño creado por Dédalo era demasiado complicado, salir no era una opción que el arquitecto hubiese creado.

Una vez en Creta, Teseo conoció a Ariadna, la media hermana del Minotauro. Ella se enamoró perdidamente del joven debido a su valentía, honestidad y amor por el pueblo, que Teseo muriera en ese laberinto sería demasiado doloroso para su corazón.

Ariadna, traicionando a su padre, buscó la ayuda de Dédalo, quien le dio un hilo dorado y brillante. Ella lo convirtió en ovillo y se lo entregó a Teseo con la intención de que lo usara como guía para volver a salir del laberinto y además descubrir las trampas que el Minotauro había extendido por el lugar. Gracias a la ayuda de Ariadna, Teseo pudo matar al Minotauro y salir del laberinto sano y salvo.

El hilo de Ariadna y la bioneuroemoción

La historia de Ariadna y el hilo de oro se usa como analogía en la bioneuroemoción. Para nosotros el Minotauro es ese sentimiento oculto que nos causa perturbación. Se resguarda en un laberinto de falsas excusas, de esta manera logra confundirnos haciéndonos creer que la causa real de nuestra enfermedad es otro momento. Hay que estar muy atentos a las trampas del Minotauro.

Para poder llegar al Minotauro, enfrentarlo y volver sanos y salvos, debemos ir en su búsqueda con una mente inocente, lo que podríamos llamar el hilo de Ariadna. Utilizando este hilo de oro para guiarnos, también podremos descubrir las trampas del ego y crecer durante este proceso.

Las trampas del ego

En el camino a la iluminación, como dicen algunos, el ego nos pone trampas cada tantos metros. Mejor explicado: cuando estamos en el proceso de sanación, nuestro ADN y nuestras costumbres nos engañan para creer que estamos más cerca de sanar, pero probablemente no es así.

Todos hemos conocido o escuchado de una persona que se dedica al crecimiento espiritual y a la autosanación, pero que, a pesar de los años dedicados a esta tarea, de los cursos tomados y las meditaciones diarias, sigue siendo víctima de su propio ego.

La crítica y el prejuicio siguen siendo su bandera de relación, consideran que la espiritualidad se refleja en trajes vaporosos, comidas veganas y una vida libre de lujos. Esto no quiere decir que luzcan, coman o se muevan en un mundo de desprendimiento, al contrario, usan clichés baratos para hacerse publicidad.

“Yo” es la palabra favorita de este tipo de personas, se consideran ejemplo a seguir y no comprenden que el camino a la sanidad y la consciencia es complicado, y no se logra con la lectura de uno o dos libros.

Si nosotros utilizamos el hilo de Ariadna durante nuestro proceso de introspección, podremos sortear el laberinto que hemos creado en nuestro interior a base de enseñanzas que nos fueron inculcadas para ocultar nuestros Minotauros.

La historia original solo tiene un Minotauro, pero sabemos que dentro de nosotros hay muchos más monstruos, cada uno con sus propias trampas para no permitirnos llegar a la raíz del dolor.

En nuestro laberinto los Minotauros están regados y distribuidos de manera errática, es por eso que no sabremos cuál será el primero que enfrentaremos. Es muy común empezar trabajando para encontrar un problema específico y resolver otros en el camino, como si tuviéramos la capacidad de matar cualquier monstruo.

Los Minotauros nunca están solos, los síntomas de su permanencia suelen ser monstruos menores, lacayos de la bestia principal. A diferencia de los videojuegos en los que normalmente los lacayos son fáciles de enfrentar, en la vida real estos animales tienen muchísima fuerza y pueden confundirnos haciéndonos creer que nos hemos enfrentado a su jefe.

Es por esto que es muy importante entrar al laberinto con la mente inocente, así podremos ser más consciente de lo que estamos viviendo y evadir con más facilidad las trampas que el ego nos impone.

Recuerda que si las decisiones que tomas son para “ser más espiritual” la causa original está corrupta, y, por lo tanto, elimina su espiritualidad. Me explico mejor, andar en bicicleta porque es más espiritual que andar en carro, no tiene nada de cierto, es la consciencia la que te lleva al camino de la espiritualidad, no la apariencia que das a quienes te rodean.

De nada sirve dedicar una o dos horas al día a hacer meditación o yoga, si al terminar te sientes superior que aquellos que no han tomado las mismas decisiones que tú.

Una de estas trampas es que solemos pensar que el camino a la sanidad es uno solo, el mío. Esto es una de las más grandes mentiras que existen en el medio. Cada persona se conecta con el universo de una manera diferente, al mismo tiempo, llega a la consciencia siguiendo un camino adecuado a su propia historia.

Es cierto que la historia del mundo es la historia de todos y que por eso debemos cuidarnos, todos somos una sola energía. Sin embargo, las historias familiares se convierten en historias individuales que necesitan recorrer caminos acordes a su propia sinuosidad.

Una perfecta analogía para explicar cómo funciona esto para cada quien son las diferentes rutas que tomamos cuando salimos de aventura, excursión o vacaciones por tierra. Cuando tomamos rutas empinadas y difíciles necesitamos un vehículo 4x4, para moverte en carreteas lisas, pavimentadas y de tráfico sencillo un sedán es suficiente.

Esto es lo que quiero ilustrar, cada persona tiene que recorrer caminos y áreas que necesitan un determinado vehículo. Pero eso no es todo, porque además durante el avance a la consciencia, el camino cambia muchísimas veces, por lo que es necesario utilizar diferentes vehículos, y a veces cambiar detalles más específicos, como los focos o los cauchos.

Reconocer todo esto parece complicado en un principio, incluso puede parecer abrumador y es normal pensar que tal vez no logremos el objetivo, pero una de las maravillas de trabajar en uno mismo, en nuestra propia consciencia, es que tenemos toda la vida, que podemos caer y volver a empezar cuantas veces queramos.

Llegar a la consciencia no es una carrera, creer que sí lo es resulta ser una de las trampas del ego de las que estamos hablando. Deja de comparar tus tiempos, tu aprendizaje, tu crecimiento con el ajeno, no traerá nada beneficioso y retrasará tu propio trabajo.

Esto no quiere decir que no puedas admirar a alguien y desear aprender de su camino y sus pasos para tu propio crecimiento. Buscar un guía, mentor o padrino es una excelente decisión, pues te ayudarán a tener más de un punto de vista, el asunto no está en no observar a los demás, está en observar y aprender. Así es como se vence el ego.

Vivir en consciencia es la mejor manera de vivir en paz y libertad, el cómo llegues a ella dependerá de tu historia. Identifica tus Minotauros y ve por ellos, pero no olvides armarte con tu hilo de Ariadna, no dejes que el ego te domine y alcanza así la consciencia verdadera.




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