19 Ago, 2018 | El ego está destinado a desaparecer, a disolverse, y con él todas las estructuras que representan un pasado oscuro y osificado, lleno de astucias y mentiras. Esta desaparición será desde adentro.

Tendremos saltos evolutivos, que suceden siempre que nos enfrentamos a crisis radicales, o cuando la supervivencia se ve amenazada por problemas aparentemente insuperables.

Por la urgente necesidad, aparece un florecimiento generalizado de la consciencia, porque sencillamente es una necesidad apremiante.

Los viejos patrones están colapsando, y despertando una nueva consciencia, aun cuando no es aparente, avanza silenciosa a nivel molecular.

Lo que comienza a florecer no son nuevos partidos políticos que se están autodestruyendo, sino una energía evolutiva que lideran jóvenes estadistas, con una espiritualidad divorciada de creencias religiosas.

Aparecerá un nuevo cielo y una nueva tierra, no como sitios o lugares sino como estados de consciencia interna. Yo lo observo a cada instante con los jóvenes y mujeres.

Los jóvenes sin apegos emocionales que sustituyen el amor verdadero, el cual está basado en el desapego, la libertad y la confianza; mayor preparación académica, que aparten al líder inconsciente y con poca o ninguna capacidad gerencial; sin búsqueda de dioses externos, sino de su verdad interior, como observadores conscientes y meditativos.

Las mujeres desde hace rato y cada vez más preparándose académica y emocionalmente, ocupando liderazgos antiguamente regentados solo por los hombres, realizando una lucha contra el machismo perverso, no desde el espacio de la batalla asesina, sino desde la consciencia amorosa.

Habitantes del planeta Luz Tierra, la evolución es inevitable, si no, desapareceremos.

Confiamos en los designios de Dios que está en observación permanente de sus hijos. La meta es regresar a la fuente divina, los adelantos tecnológicos nos están uniendo externamente, Dios nos está uniendo en la raíz.