11 Jun, 2017 | Lo más importante es aceptarte, pero aunque no lo creamos, es lo más difícil, y llega el momento de pasar de plano y aun no te has aceptado, ese es el drama de nuestra vida, la aceptación; siempre estamos en búsqueda de algún defecto, los cual nos va generando sufrimiento, somos nuestros peores críticos, nuestros peores enemigos, por eso se dice: el enemigo está por dentro.

Aceptamos todo menos a nosotros mismos, aceptamos la miseria, la pobreza, el rencor, a la pareja, al amigo, pero a nosotros, ¡qué va!

Debemos aceptarnos con todo lo que somos, lo bueno y lo malo, porque desde algún espacio que se nos olvidó fue nuestra creación, la aceptación es básica porque es el primer gran paso para nuestra evolución en este plano, si no nos aceptamos en el aquí y el ahora nos estancamos en la crítica y la queja.

Podemos empezar por la aceptación de nuestro físico, con un ejemplo muy frecuente: tenemos un abdomen prominente que por supuesto lo rechazas, te ves al espejo cada vez que tienes la oportunidad, y piensas que esa "barriga" es la causa de muchos de tus males, por lo tanto hay que eliminarla, entonces comienzas por fajarte, realizar abdominales, dietas, y al final luego de muchos sufrimiento logras tu objetivo: "abdomen plano", hasta aquí todo bien, ya me puedo poner la ropa que antes no podía; pero como no hubo una verdadera aceptación de tu estado anterior, no evolucionas hacia una nueva figura, y luego de un tiempo cuando descuidas algo de la dieta, o de los ejercicios reaparece de nuevo como un karma, y de nuevo la angustia.

En eso radica el poder de la aceptación y del agradecimiento de cualquier situación, una vez que aceptas y agradeces la condición estás listo para una nueva figura sin regresiones porque estás dando un salto consciente y no cambiando programas que reaparecen.

La meditación te lleva a la aceptación consciente y al agradecimiento. Practica la meditación.