27 May, 2017 | Muchos son los individuos, sin importar su cultura, país o creencia, que hoy en día sufren y no es a partir de ahora, sino desde hace muchos años atrás. Se tiene la creencia, que para llevar a cabo un fin, la manera de hacerlo tiene que ser perfecta; incluso esto ocurre hasta en el estatus de vida. La manera en que adquiere una casa, empleo, carro o dinero o la forma de convivir en familia, tiene que ser perfecto. Lo que se olvida, usualmente, es que detrás de la perfección, el sentimiento que se esconde es el sufrimiento. Por ejemplo, cuando tienes un negocio existe el miedo a perderlo, o si se debe tomar una decisión también sufres, porque no sabes cuál es la correcta.

Del mismo modo, al estar en una situación de total confort también se sufre, puesto que la sensación de generar ese confort nos hace exigirnos más, para así controlar esa pérdida o miedo. Y es por eso que cuando una situación se te escapa de las manos pierdes el rol de tu propia vida, porque lo estas mirando a través de tus propios ojos y no con los ojos desde el plan divino que la vida tiene para ti.

Hoy en día los seres humanos aprecian la vida desde afuera y sufren cada quien a su manera, intensidad y magnitud, porque lo miran desde su propio lente. Los paradigmas sociales o culturales, te han hecho creer que las cosas o todo lo que sucede proviene de tu mundo exterior, sin saber que todo lo acontecido en tu vida viene desde tu mundo interior.

Ante esta situación de miedo, se comienza a mostrar el plan que la vida tiene para ti, mostrándote qué hay detrás de todo esto. Pero el solo hecho de creer en tu modo de ser y mantenerlo así, te paraliza y no te permite avanzar, por ello pierdes el sentimiento a la vida, porque hasta ahora solo has aprendido a poner tu atención en el mundo ahí afuera olvidándote mirar desde tu esencia. Entonces, aquí es cuando tu apreciación o la idea que tengas del sufrimiento viene dada por la manera en como veas o percibas tu estado allí afuera. Tu manera de sufrir aparece, más que nada, desde tu ser, tu yo interno.

Desde mi propia experiencia y todo mi proceso de crecimiento interno he aprendido a mirar desde mi mundo interior, lo que me ha ayudado a observar la vida desde otro punto de vista. Por lo tanto, me hace responsable de lo que percibo, siento y dejo de sentir. El darme cuenta que yo era responsable de todo mi proceso de pensamientos, me hizo ver que yo, más que nadie era responsable de todo..

Escucho mucha gente decir, me voy a vivir a otro país, (yo también fui una de ellas), pero una cosa si está clara: a dónde quiera que vayas y aunque quieras comenzar una vida nueva donde nadie te conozca o el simple hecho de huir de tus emociones no te hará una persona libre, porque toda la percepciones que tengas hoy en tu vida no provienen de los factores externos, sino de todo lo que sucede en tu templo interior, y por ende, siempre te acompañan.

Si eliges hacer un despertar de conciencia hazlo desde la responsabilidad de tus pensamientos, de la manera como los sientes y el lente como los mires.

¡Tú ya puedes lograrlo!