13 May, 2017 | ¿Alguna vez te has levantado con un estado de insatisfacción, a la par de que no sabes qué es lo que quieres? Esto no sólo te sucede a ti, creo que es más común de lo que piensas. En el tema del dinero, que es el campo en el que me especializo, la queja es “no tengo suficiente”. Esta semana hablaremos del problema cuando me quejo de lo que tengo, pero aún no sé lo que quiero.

Lo único bueno parece ser el pasado

En lo más profundo de nuestro ser, todos queremos volver a ser niños. Ser niño era la situación más ventajosa socialmente hablando, porque siempre éramos el centro de la atención y no nos preocupábamos por nada, ni siquiera viviendo en el lugar de mayor necesidad material. Siempre era divertido hasta el agua de lluvia.

En algún momento comenzamos a darnos cuentas que habían problemas y, peor aún, que el futuro era incierto. Esa incertidumbre se transformaba en miedo y terminamos pensando que el futuro es un tiempo negativo y que el pasado es mejor. ¿Quieres saber lo peor? Que mientras más miedo tenemos, más apegados estamos al pasado.

Siempre expreso la solución en términos del síntoma

Los síntomas son las incomodidades que expresan el problema. Por ejemplo: si tengo 3 días sin agua porque hay un tubo roto, lo único que yo busco es tener agua, no arreglar el tubo roto. En el terreno del dinero manejamos la misma estructura de pensamiento. Si no tengo dinero, pienso que la única manera lógica de resolver el problema, es teniendo más dinero.

Tomarnos el tiempo de paz y calma para realmente revisar si lo que llamo problema es sólo el malestar de una situación más compleja, parece ser la única vía a crear soluciones sustentables en el tiempo. ¿Por qué no lo hacemos? Porque lo único que nos interesa es resolver la incomodidad, aunque sepamos que dentro de 20 años volveremos a experimentar la incomodidad que experimentamos hoy.

Vivir en modo emergencia no resuelve nada

Cuando lo único que me interesa es resolver esto que me incomoda, que va desde arreglar la pared que se cae por filtración hasta cambiar de presidente porque el precio del petróleo está en mínimos históricos, realmente no estoy resolviendo nada.

Si la situación del país te es muy incómoda y piensas que de esto hay que salir rápido, definitivamente estás en modo emergencia. La emergencia pospone, no resuelve. Sabrás que has resuelto cuando descubras que no queda otra opción, más que cambiar tú mismo.

El dinero en tu bolsillo siempre será un reflejo de cómo vivas tu entorno, tengas poco o tengas mucho.