Esta es Ana Matilde, la de la gran historia. / Foto: CORTESÍA

01 Sep, 2016 |

Dedicado a Licho Guilarte,
mi hermano querido.

¡Ay, Poema, amigo mío y, tantas veces mi enemigo!. Acérrimo, tenaz y malvado torbellino de mis pasiones. Borracho de palabras ebrias, atolondrado y ciego… ¡Sabihondo e imbécil, tantas veces…! Pradera de luces y mugidos en la ensenada de mis ensueños. Puerto de mis arribos inconclusos. Puerta abierta hacia la luz o la oscuridad, amigo Poema… Esperanza tan sólida y fuerte para optar a su realidad. Si se realiza, aplausos para el que en sus vigilias sueña con multitudes desesperadas y abrazos infinitos. O sin ellos, que es el aplauso de las ilusiones, adentro; donde campanea un brindis y desespera, ahí, donde extasía, sonríen y cantan las paraulatas… Porque no hay algo en la vida –ese parapeto mental- más terrible que un Poema, sí, no se respeta a sí mismo… ¿Será que el que lo crea es el Poema o, tal vez su máxima locura?...

Simplemente un bojote de ideas desbordantes de etílicas espumas y trampa mortal para el que no lee o se sedimenta?... ¡Ay, Poema, de todas maneras, amigo mío y sin vainas! Aquí estoy contigo y estaré, frente a mi Virgencita del Valle, mi madre Ana Matilde. Tratando de sacarle palabras a esta princesa que se realizó y nos realizó con sus necesidades, gentilicios y bondades! Nuestra Reina ¿Verdad, Freddy Beltrán? ¿Verdad, Anitica Ana Eloisa?... ¡Queridos Hermanos!... ¡Ana Matilde, la piragua emocionante de todas mis canciones; jamás peregrina, porque siempre fue pie en tierra y Capitana! ¡Ana Matilde mi Virgencita del Valle…! Y no he podido sacarle aunque sea sus dichos y refranes que fueron infinitos paradigmas de su lenguaje. Mi Virgencita del Valle, dormida permanentemente ¿aún, soñando, acaso? Pienso que en tu silencio musical quieres decirnos, Virgencita, que con quien uno tiene que hablar es con uno. Que esa virgen es la que uno encierra adentro y debe libertar, que es a uno a quien uno debe pedirle, si.

Frente a ti estoy mi Virgencita, contigo, que ayercito 16 de agosto cumpliste 96 años y aún estas viva, mamá, sí viva…! - ¡Gracias a Dios, Padre Universal y, ni siquiera me respondes y ni sé si te compadeces o quisieras tratarme como aquel niño o muchacho que papá Mateo Beltrán (en el cuadro detrás de tu foto) le decía que no iba a servir para nada y que mi madrina la Maestra Luisa Noriega en la Asunción salvó con sus letras y oraciones… Aquel muchacho mamá que lo dejaba todo por una parranda… Más no fue así mi Virgencita del Valle, aquí está frente a ti el Perucho parrandero que jamás les olvidó ni se desapareció, porque ustedes me hicieron con sequías y salitres… ¡Ay, María Felipa, tía y, ay Chicote albañil de las esperanzas y vejez sin arrugas!. Y, gracias a mi abuela Celestina Rojas a quien le pagué sus dulces correazos con esta canción que me grabaron José Salazar “Purrungo” y el Cantor Gualberto Ibarreto y, gracias a ti Ana Matilde, mi Virgencita del Valle… Aunque sea con tus palabras en silencio… ¡Mi Poema Real!