Porlamar
26 de abril de 2024





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Apertura
Apertura es la disposición corporal de la conexión y fluidez, y la asociamos al elemento agua. Desde el aire (flexibilidad) creamos el sueño, con la tierra (estabilidad) lo aterrizamos, gracias al fuego (resolución) le damos fuerza y, finalmente, el agua (apertura) lo sostiene en el tiempo a través de la danza fluida con otros.
Arianna Martínez Fico

29 Jul, 2016 |

"El agua es suave y dócil, pero mina y corroe lo duro.
En el vencimiento de lo duro, ella no tiene iguales...".

Lao Tse

Aún mantengo en mi memoria, como si fuera ayer, la fascinación que sentí la primera vez que vi una estalactita en la majestuosa Cueva del Guácharo en el estado Monagas. Más allá de la belleza de estas formaciones minerales, lo que más me impactó fue saber que se habían producido gracias a la acción suave, lenta y paciente del agua que se filtraba en la cueva y, gota a gota, lograba atravesar la dureza de la roca. Allí entendí el inmenso poder del “agua mansa”.

Apertura es la disposición corporal de la conexión y fluidez, y la asociamos al elemento agua. Desde el aire (flexibilidad) creamos el sueño, con la tierra (estabilidad) lo aterrizamos, gracias al fuego (resolución) le damos fuerza y, finalmente, el agua (apertura) lo sostiene en el tiempo a través de la danza fluida con otros. Lo femenino, lo sutil, la capacidad de escuchar y empatizar, la conexión emocional con nosotros mismos y con los otros, aparecen desde la belleza de esta disposición. La Real Academia define apertura como la acción y resultado de abrir o descubrir lo que está cerrado. Y yo agregaría que lo hace desde mecanismos sutiles y pasivos como la suavidad, el silencio, la paciencia.

Desde la apertura es posible la preocupación por el otro, el sentido de comunidad, la generación de redes infinitas, el movimiento conjunto, la conexión y manejo emocional, la flexibilidad, la fluidez, la entrega, la seducción, el servicio, la capacidad de escuchar con todos los sentidos, la visión “todos somos uno” y el amor incondicional: aceptación del otro como un legítimo otro. Se nos facilita la comunicación, ceder y retroceder, el cuidado a los vínculos afectivos, el trabajo colaborativo, la espera y la contención. El control y ser centro de atención son irrelevantes e incómodos. Y… por otra parte, acá nos cuesta mucho mantenernos en ambientes tensos o conflictivos, y se nos hace difícil tomar decisiones, confrontar, dirigir, controlar, exponernos.

Reconocemos corporalmente la apertura cuando la postura es levemente hacia atrás, como cediendo espacio para retroceder y proteger, con movimientos lentos y delicados.

Emocionalmente la distinguimos por la conexión e involucramiento y la dificultad para tomar distancia. El lenguaje tiende a ser suave y más bien centrado en el escuchar. Para cultivar esta disposición es muy útil meditar, hacer Chi Kung, Yoga y/o Tai Chi.

La apertura funda su poder en la influencia antes que en la autoridad. Frecuentemente asociamos el carácter pasivo, sereno, femenino y sutil de esta disposición con debilidad o sumisión. Y así como el agua que limpia y purifica también logra, silenciosa y cuidadosamente, cavar la roca, la apertura ablanda corazones, acoge, diluye obstáculos y allana el camino del entendimiento y la reconciliación. La complejidad y los desafíos del presente momento histórico en Venezuela demandan, además de visión, dirección y resolución, un liderazgo amoroso e inclusivo capaz de escuchar profundamente, gestionar emociones, involucrar a todos y cada uno, entender la diversidad y sus códigos, los juegos de poder, la dinámica del cambio y los vericuetos del alma humana.

"El agua anda descalza por las calles mojadas".

Pablo Neruda




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