El escultor tiene como meta que cada municipio insular tenga una de sus piezas urbanas. / Foto: GÉNESIS VELÁSQUEZ

29 May, 2016 | La simpatía y creatividad de Augusto Acosta no tiene límites. Este hombre, que asegura ser aimara, araucano y guaiquerí de corazón decidió echar raíces en la Perla del Caribe luego de recorrer varias países latinoamericanos.

Pero su travesía no siempre fue fijada por decisión propia. Augusto es hijo de Jorge Acosta Cosmelli, de origen chileno, y de la boliviana Silvia Rada Aramayo, quienes se conocieron en La Paz y allí tuvieron a su primer hijo el 11 de mayo de 1952.

En esa ciudad pasó gran parte de su niñez y de ella guarda gratos recuerdos, pero en 1962, Chile desvió unilateralmente las aguas del río Lauca, lo que ocasionó la ruptura diplomática entre ambas naciones, obligando a la familia Acosta Rada a trasladarse a la ciudad chilena de Arica.

En la ciudad costera estaría poco tiempo, pues sus padres deciden llevarlo a él y a su hermana a Viña del Mar, lugar donde su creatividad es expuesta por primera vez. Con orgullo recuerda su participación en una exposición escolar junto a otros niños, pero sobre todo le emociona recordar la gran celebración de su familia por este mérito.

Aunque siempre se inclinó hacia las artes, al salir del colegio estudio economía y poco después se inscribió en arquitectura pues sentía que ésta tenía relación con su pasión.
Pero la situación política y económica de Chile lo obligan a dejar sus estudios, su familia y este país. Así fue como Augusto Acosta recorrió Perú, Ecuador, Brasil y Colombia, hasta llegar a Caracas en 1974, donde laboró como comerciante con gran éxito, permitiéndole traer a toda su familia a Venezuela.

Con algunos ahorros, en 1976 viene hasta la isla de Margarita y queda enamorado junto a su familia de este lugar. Se establece en la población de Atamo Sur, municipio Arismendi, y monta su primer taller experimental de arte dirigido a niños de la comunidad a quienes vio desasistidos. Lo cerró unos años después por falta de recursos.

Cursó estudios en el Taller Francisco Narváez en el Complejo Cultural Rómulo Gallegos dirigido por César Rivas, donde realiza su primera escultura “Cachama”, la cual 16 años después llevaría a escala urbana bajo el nombre “El pez nuestro de cada día”, luego de ser seleccionada en la primera Bienal de Arte Urbano de Talcahuano, en Chile, junto a otros 10 artistas, como el primer homenaje a los pescadores artesanales de dicho país.

Esta pieza planea presentarla a la Alcaldía de Mariño para que forme parte del proyecto Paseo del Mar, que se realiza en el sector Bella Vista y donde llevaría, ahora sí, el nombre de “Cachama”.

En el camino este escultor con alma insular ha incursionado en el comercio. Instaló la fuente de soda El Galápago y una tienda de artesanía en la avenida Santiago Mariño.
Augusto Acosta tiene muchos proyectos en sus manos y uno de estos es “Porlamar de cara al mar”, en el cual trabaja desde hace dos años y pretende que este sector se convierta en un eje cultural y deportivo.

También dedica tiempo a la creación un parque temático que busque sembrar conciencia sobre la preservación de las iguanas, así como a la Fundación Virgen del Valle Monumental, además del Taller Escuela de Arte Urbano.

PROYECTOS

Entre los proyectos que lidera el escultor Augusto Acosta está "Bella Vista de cara al Mar" el cual busca el desarrollo integral comunitario de este sector del municipio Mariño. El cual persigue la idea de que se sumen voluntades, se multipliquen iniciativas y se trabaje unidos en la solución y objetivos que mejoren la calidad de vida de los residentes de este importante sector de la ciudad de Porlamar.

Esta propuesta urbana que busca involucrar a los habitantes de Bella Vista, a sus pescadores, vecinos, residentes, propietarios, hoteleros comerciantes y prestadores de servicios de la zona. Acosta asegura que este es factible en cuanto exista respuesta y voluntad política de las autoridades municipales y del gobierno regional para solucionar problemas estructurales de saneamiento ambiental de sus siete quebradas y salidas de aguas de lluvia (embaulamiento y sus niveles de drenaje). La zona en toda su extensión desde el hotel Bella Vista hasta las torres de Bartolo y doña Felipa tiene toda la potencialidad de llevar a la práctica un verdadero ejercicio de desarrollo urbano de primer orden y planificado.

También busca la consolidación del proyecto del Parque temático, ecoturístico y criadero de iguanas de Macanao donde se busca la instalación de gigantescas esculturas de estos reptiles que además de ser apreciadas permitan el contacto de los niños que lo visiten. Este parque propondría la protección de esta especie y a la par promover el turismo ambiental que potencie la oferta de atractivos pedagógicos como el Museo del Mar.

Augusto Acosta dirige la Fundación Virgen del Valle Monumental que tiene como meta mostrar al público un busto de la Patrona de Oriente, de 4,30 metros de altura y cinco metros de diámetro, realizada por el artista colombiano Esdras Misael Gutiérrez Balaguera, la cual se encuentra escondida en un terreno cerca de la Basílica Menor de El Valle.

Acosta indicó que el escultor colombiano dejó antes de morir todas las indicaciones para proseguir con la obra, pero la poca motivación de los entes pertinentes ha destinado esta pieza al olvido.