Cementerios de la Isla de Margarita en total abondano-C1 / Foto: OLYANA MARCANO-@olymarcano

9 Abr, 2021 | Cementerios de la región, se encuentran entre la maleza, abandono por la falta de mantenimiento y las pocas visitas por parte de los familiares de los difuntos en estos tiempos de pandemia por la cuarentena del Covid-19.

Áreas dispuestas para el reposo o el depósito de los restos mortales de una persona, privados o municipales, que son también hoy objeto de hurto, daños, y el descuido de personas por la indiferencia a lo que representa la muerte y la pérdida de un familiar.

El término cementerio proviene del griego Koimeterion, que significa "dormitorio", porque en la creencia cristiana, en este lugar los cuerpos mortales duermen hasta el día de la resurrección.

Lugar que antes del confinamiento por la pandemia continuamente era visitado a diario por familiares de los allí enterrados, llevando flores, manteniendo y pasando algo de tiempo frente a la tumba de un ser amado, hoy por las restricciones y la cuarentena, se ha visto también limitado.

Tal como se pudo observar en El Camposanto, ubicado en la avenida Juan Bautista Arismendi, cementerio privado de la región, un reflejo de la falta de cuidados y desmalezamiento por parte de la empresa, que debido a la demanda de los propietarios por el aumento mensual del condominio a la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos (Sundde), no lo mantienen.

Cuotas mensuales que según sus clientes fueron ajustadas por este organismo, desde hace dos a tres años, quienes manifiestan, que el condominio nunca han brindado un acordé servicio de mantenimiento de las áreas del cementerio, a pesar de pagar las mensualidades acordadas.

Mariela Fuentes mencionó que esa situación tiene más de tres años, con áreas llenas de maleza, y descuido en las parcelas," Mientras no se llegue a un acuerdo entre la empresa y el Sundde, no hay un nuevo precio de condominio, y no hay mantenimiento".

Lo que ha llevando a los clientes a mantener ellos mismos con el riego, el desmalezamiento, o dar una colaboración a los mismos empleados del lugar, para que les preserven a diario la parcela en la cual se encuentran los cadáveres de sus familiares.

Señaló que en estos momentos están en la espera de un nuevo acuerdo entre la Sundde y los dueños del cementerio para acordar el pago mensual, y aunque mucho quieren estar al día, con las cuotas, " No he podido porque he preguntado, y me dicen que aún no tiene el precio aumentado, poniéndome entre la espada y la pared, pagando un condominio, que siento no recibo".

Asimismo se pudo conocer que el lugar ha sido objeto del hurto, por parte de individuos en busca de bronce llevándose aproximadamente tres mil placas de las lapidas, lo que muestra el irrespeto a la etapa de la muerte.

BAJA EN VISITAS
En el lugar un empleado del cementerio indicó que debido a la pandemia, en el Camposanto han menguado las visitas, y mantienen un protocolo al momento del servicio de sepelio, el cual es coordinado con la oficina de administración del cementerio, que solo permiten la entrada de los familiares más cercanos, y luego después de haber bajado el ataúd y sellado el sepulcro del difundo, accedan las otras personas, evitando aglomeraciones.

De igual forma el equipo reporteril pudo apreciar en visita a cementerios municipales como los de Porlamar y Del Valle del Espíritu Santo, que los mismos no escapa a la decidía y el limitado cuidado, que en oportunidades pueden poner en riesgo a las personas que lo visitan al instante de un servicio de entierro.

Tal como lo refirió Rosalba Ramírez que al encontrarse en el cementerio de San Antonio del municipio García, por encontrarse las lápidas rotas, o las fosas abiertas, una persona se tropezó y cayó, poniendo en riesgo a la personas que acuden al sepelio o visitan ese el lugar.

Detalló que además les roban los arreglos de flores, el cobre de las placas, muestra del irrespeto de muchos a los difuntos y a su lugar de descanso.

Un proceso que todos vamos a experimentar, aunque no lo querremos, ahora en medio de esta pandemia, un fallecimiento a causa del virus en la que los familiares del difunto sienten su dolor por la perdida, además del duelo, solo o con pocas personas a su lado.