15 Oct, 2017 | "Si, sobrino. Tiempo de levantarse temprano, coger ánimo con el humeante negrito y echarse para la calle para estar de primero en la cola, una cola que yo digo que hay que hacer con gusto, con entusiasmo, con ganas, porque este día celebramos la fiesta de la democracia y nadie debe perdérsela si queremos preservar nuestros derechos, sobre todo el de ser libre y escoger, sin imposiciones de nadie, quién queremos que nos gobierne".

El tío Caballo Rojo llega alborotado, me bendice y sigue su perorata. "Hay una gente, de un bando y de otro, que se empeñaron en convencernos de no participar, uno inventando todo tipo de embustes y otros poniendo piedras en el camino, sembrando miedo, profiriendo amenazas, armando conspiraciones imaginarias, creando fantasmas de otras tierras. Una estrategia destinada a quebrantar nuestro apego a la democracia, que, según veo, no ha dado resultado".

Refiere Caballo que la gente está persuadida de que hay que participar en las elecciones y que la única manera de vencer cualquier trampa en el desarrollo del proceso es no dejando a uno de los bandos solo en las mesas de votación. "Así fue como surgió aquel nefasto parlamento del 2005 electo con los votos de un 10% de los electores, que trastocó todo el sistema legal del país con las consecuencias que hoy padecemos".

Reitera que lo fundamental en este día es el proceso en sí mismo, que sea legal, legítimo y transparente, que quien obtenga la mayoría de los votos sea reconocido y quien salga derrotado lo acepte y se prepare mejor para otra oportunidad. "Habrá quien diga que los de hoy no son los mejores candidatos y a lo mejor tiene razón, pero desafortunadamente el que a usted le gustaba no logró hacerse con la nominación, pero así funciona el sistema democrático. Lo importante es que usted no vote obligado ni coaccionado por el temor de perder favores, empleos, beneficios. Vote por quien prefiera, nadie sabrá jamás cómo fue su voto. Al final, ante la máquina solo estará usted y su conciencia".

Le pregunto al tío que además de las razones para ir a votar arriba señaladas, en términos prácticos qué representa este proceso.

"Sencillamente, sobrino, que lo bueno se queda y lo malo se va. Es la oportunidad de la gente para escoger entre dejar un gobernante que lo ha hecho bien o despacharlo si su gestión ha sido nula o mala. Aquí nos conocemos todos y no hay posibilidad de engaño por más que se quiera manipular. Y hoy es precisamente el día en que podemos decidir quién se queda, quién se va y quién lo sustituye. Solo hay que sacar la cuenta y con eso en la mente, pisar el botoncito de la máquina".