23 Ago, 2017 | Pedro Salima es otro de esos mágicos “bichos”, terribles de los que meten el dedo y esconden la mano.

La imprescindible que tienes para escribir! Como estos carajitos que están en un cumpleaños pegados de ahí, de la mesa creyendo que nadie los ve y ¡juáquiti! le quita una guinda a la torta, sí, este Pedro Salima se está creyendo –como “El Canario” del Trespuño “El Nivaldino” y como El Padre Planas –que los margariteños tenemos los ojos vendados, como si fuéramos a echarle palos a una piñata… ¡Claro que la piñata la pusimos los margariteños con el parapeto del tal Puerto Libre y los magnates de la vanidad, droga y agallas pelúas que nos vendaros los ojos…Y, qué! Pues, el Pedro Salima (fíjense el apellido navegao del tocayo Pedro: Sal y Lima ¿podrían salir de ahí algunas conclusiones académicas?) Cree que no sabemos que arribó de Paraguaná, Falcón, con un cajón repleto de libros y apuntes y se nos aposentó como el “Dr. Juan Sin Chance” en Porlamar y el Dr. Brugat en Juangriego… Pero qué amigo ¿Verdad, Campito? ¡Y, que margariteño tan vergatario, presidente de la Asociación de Escritores de Nueva Esparta! Libros: “Al margen de las campanas”, “Nocturnos de abril” en el que Pedro Salima –con todos mis respetos hacia él y su familia dice “Julieta abre el frasco, percibe, sonríe y, con sus mejillas desgatadas, placidez a los largo de su cuerpo, se dispone a morir de amor...”!

¡Gracias Virgencita del Valle por este otro que también vino a defender La Margarita! y hasta como Julieta y no la de Shespir a morir de amor por ella… ¿Azul?