24 Mar, 2017 | Mucho ruido por “supuesta” corrupción administrativa en la Dirección de Poder Popular para Educación del estado Nueva Esparta, al parecer ha sido visitada por la Contraloría nacional y regional. ¿Motivos? Nepotismo desbocado; ilegalidad y tráfico de influencias en asignaciones de cargos, irregularidades administrativas en las designaciones de directores y subdirectores, pérdida de la comida de los niños… Todo esto tiene rato pasando ante los ojos de seudodirigentes sindicales educativos gobierneros, que se hacían los locos porque participaban en esas tropelías; no decían nada porque también saboreaban “las mieles” del poder corrompido y abusador. Pero todo les cambia cuando caen en desgracia con el jefe, o jefa, y comienzan a medirlos con el mismo rasero que utilizaban en los constantes abusos y atropellos contra los educadores, a quienes se suponía debían defender.

Ahora por los pasillos de la gobernación, y en los medios de comunicación, escuchamos y leemos los chillidos de estos seudodirigentes denunciando el “guiso” con el programa de alimentación y las supuestas violaciones de sus derechos laborales por parte de quienes hasta hace poco adulaban servilmente. ¡Descarados! Entre estos chillones destaca un saltimbanqui “representante” de un “sindicato educativo fantasma”, desgraciadamente exdirectivo de la FVM. Recuerdo lo que una vez dijera el Prof. Alejandro Silva para referirse al saltimbanquismo de este sujeto: “El puerco me salió lázaro”.

Tal vez los sordos chillidos de los “mancillados” de hoy, verdugos implacables de ayer, pidiendo justicia, chocan con los justos reclamos de los educadores que en un momento fueron pisoteados y maltratados por ellos, cumpliendo órdenes políticas de la jefa: “El que a hierro mata, a hierro muere”.

Ahora sí vieron estos caraduras las tantas irregularidades que nosotros desde los sindicatos hemos denunciado muchas veces. Ahora sí denuncian porque están afectados directamente. Ojalá salga la verdad, se imponga la justicia y castiguen a los corruptos; pero que no crean estos señores que con sus extemporáneas denuncias lavarán sus culpas. Como decía mi abuela: “Su bananita está en la brasa”.