19 Dic, 2013 | Conversaba en estos días con unos colegas docentes, quienes me manifestaban algo nostálgicos su decepción profesional ante la realidad socioeconómica que enfrentan; sobre todo los amigos jubilados. Aunque debo "agradecer" al gobernador Carlos Mata Figueroa haber volteado la mirada hacia este sector; esto, de ser cierto lo que prometió para hoy viernes 20 de diciembre, respecto al pago de prestaciones sociales. Ya era hora de comenzar a cumplirle a estos docentes, que solicitan a gritos su bien ganado dinero.

Pero volviendo al planteamiento inicial, me decían los colegas que pasaban todo el año esperando el anhelado bono de fin de año, que es uno de los más "aumentaítos" que reciben; sin embargo, este año, luego de la larga espera lo vieron llegar, pero me comentaba uno jocosamente: "los cuatro reales llegaron, mijo, pero duraron lo que dura un p… entre un chinchorro".

Tal vez alguno diga o piense: ¡a este Celis si le gusta quejarse! Puede ser. Pero pregúntele a los maestros que tienen dos, tres o más hijos cuánto le duró o qué pudo comprar con los Bs 16.500 que en promedio recibió la mayoría de los docentes estadales. Esto sin contar a quien tiene un carrito media vida, porque éstos como que saben cuándo uno cobra "los centavitos". Esperemos que el gobierno regional cumpla lo antes posible con el anuncio presidencial de la homologación, para que esta situación que vive el magisterio neoespartano mejore. Pero bueno, desde hace rato los maestros nos hemos convertido en “magos de la economía” y hemos aprendido a hacer magia para subsistir con lo poco que ganamos.

Lamentablemente la decepción de mis colegas aumentó cuando les conté que en mis ratos libres trabajaba de taxista en un hotel cinco estrellas de Pedrogonzález y que esta semana me había tocado trasladar a varios educadores colombianos que, ante la ventaja del cambio monetario –Bs 30 por un peso colombiano- se les hacía "supremamente" económico comprar un "paquete turístico" y venir a la Isla a pasar unos días de vacaciones.

No entraré en detalles acerca de la economía de ambos países, pero lo que sí está clarito es que con lo que ganamos aquí, a duras penas nos alcanza para comprar “un paquete” diario de harina, de café, de arroz o de espagueti cuando se consigue, lo que para el hermano colombiano tampoco es difícil. Para colmo, se reían cuando pasábamos por algún sitio donde nuestros coterráneos hacían largas colas bajo un "palo de agua" para comprar algunos de los productos nombrados.

Pero los venezolanos tenemos el don de convertir la tristeza en alegría; nada nos amilana porque desde hace rato aprendimos a lidiar con la adversidad. Aprovechemos, pues, estos días de Navidad para pedirle al Niño Jesús que nos traiga, en primer lugar, salud, bienestar y prosperidad para todos; y en segundo lugar, que ilumine a los gobernantes, en especial al gobernador, para que en los próximos días nos dé “un paquete” de buenas noticias que contribuya a eliminar esa decepción que hoy embarga a muchos educadores.

Finalmente, Feliz Navidad al Magisterio; Feliz Navidad a la familia SOL DE MARGARITA, especialmente a sus periodistas, a la Lcda. Mariela Contramaestre y a la Lcda. Dany Fuentes. Feliz Navidad a usted, amigo lector, y a todos aquellos que desde ésta y otras regiones cada viernes comparten conmigo mis opiniones.