Pescador llega de la faena con carachana y palometa. / Foto: GÉNESIS VELÁSQUEZ

17 Sep, 2016 | Bastante se ha mostrado las labores de los pescadores margariteños, pero poco es lo que se ha presentado sobre la opinión personal que tienen sobre ellos mismos y del porqué ejercen esta vocación.

Además de ser los principales proveedores de alimentos para muchas familias neoespartanas, también son figuras potenciales que exaltan la cultura y costumbres de toda una región.

Para Desader Acosta, un hombre de mediana edad que habita en las rancherías de playa La Caranta debido a su ocupación de vida, dicha labor es un alivio mental, como una terapia. “¿Sabe, mija?, uno deja todos sus problemas en tierra”, comentó mientras lavaba unos pargos rojos.

Diferentes revelaciones fueron emitidas por los hombres de mar. Unos que acompañaban al capitán Acosta y otros que se encontraban en la adyacencias.

“Sé que lo que hago es importante. Imagínate, lo mío es la pesca artesanal. Yo utilizo un bichero para cazar a los peces sapos, luego vendo el kilogramo a 500 bolívares”, expresó Willman Guerra, a quien le amputaron la pierna izquierda a los 20 años de edad y, aun así, no pierde las ganas de estar en el mar. Enfatizó que procura comerciar sus productos a un bajo precio para ayudar a los margariteños.

Adenis Indriago, de 53 años y quien luego de su jubilación como técnico de refrigeración, decidió dedicarse a la pesca, explicó que adentrarse en el océano le genera una satisfacción que no encuentra en ninguna parte. “Chacha, todavía me emociono cada vez que atrapo un carite, es una adrenalina incomparable, te sientes feliz”, dijo Indriago.

Los pescadores acordaron que más que un oficio, es un estilo de vida. En ese sentido, se les da de forma muy natural mostrarse orgullosos de la profesión que eligieron, así como de transmitirla a las nuevas generaciones. Varios dicen que aspiran permanecer en las playas de Nueva Esparta por el resto de su existencia.

Porque, como transforman ellos el dicho, no son "hijos de'r diablo", sino de “esta tierra margariteña” y como tal, “son casi patrimonio cultural”.

Adónde ir

Durante toda la semana, la comunidad insular puede dirigirse desde las 4:30 de la tarde a las rancherías de playa La Caranta para adquirir los más frescos peces de Pampatar. Según Donni Caraballo, vendedor de los frutos del mar, la temporada actual es de carachana (bonita) y palometa; además, asegura que sus precios son más económicos en comparación con el resto de la isla de Margarita.