28 Abr, 2016 | Aunque el régimen, ciego y sordo, quiera ocultar la realidad; la única verdad es que el país está viviendo una profunda crisis de emergencia humanitaria en todos los órdenes de la vida cotidiana. En el caso de la salud, esta situación se concibe más grave y criminal aún, pues es la vida de los venezolanos, sin distingos de ninguna especie, lo que está en juego.

Que sea imposible conseguir medicinas para enfermedades de alto riesgo es harto conocido. Que los afectados de diabetes, Alzhéimer, hemofilia y cáncer en todas sus modalidades y parkinson, entre muchas otras enfermedades, estén al borde de la muerte –o hayan muerto ya- es el diario sufrimiento de miles de familias. Que para enfermedades tan comunes como una simple gripe, zika, hipertensión o infecciones de cualquier
tipo también sea imposible conseguir las medicinas es ya una lastimosa costumbre
que vivimos todos.

Que los hospitales públicos carezcan de insumos médicos, enfermeras y especialistas suficientes y sus instalaciones estén contaminadas y deterioradas, sin agua ni luz y la atención hospitalaria sea casi nula ya no es noticia. Pero que el régimen, inmune al dolor ajeno y en el tope de su desvergüenza e irresponsabilidad, deje morir a niños raya en sádica demencia.

Veamos. La mortandad de neonatos se ha cuadruplicado en relación a 2015. Las cifras en el primer trimestre del año son aterradoras: 98 muertes de niños en Sucre, 74 en Táchira y 44 solo en el Hospital Universitario de Caracas. Igualmente, se han recibido informes del creciente número de bebes fallecidos en Anzoátegui, Carabobo y Aragua, que se sepa.
El Hospital de Niños J.M. de los Ríos no recibe fórmulas lácteas desde octubre y niños gravemente quemados no obtienen los medicamentos adecuados para recuperarse. En el Hospital Central de San Cristóbal, los recién nacidos están expuestos al sida al no poder cumplir con el protocolo médico infectocontagioso.

En Nueva Esparta, la Sociedad de Pediatría denunció la falta aguda (85%) de todo tipo de de fármacos para niños. Los niños enfermos mueren en el país todos los días ante la indolencia y ausencia de los más elementales sentimientos de humanidad por parte del régimen.

¡Ah!, pero todavía no hemos llegado a lo más obsceno y escabroso. Resulta que la justicia roja ha rechazado en dos tribunales diferentes la petición de amparo solicitada para declarar la salud infantil en emergencia, basada en más de 21 casos conocidos de manera pública y en las medidas preventivas contempladas en la Lopnna. En otras palabras, con sus decisiones crueles y violatorias de la Ley, la justicia roja -¿avala?- que los niños venezolanos sigan muriendo de mengua y desatención.

Además de los múltiples y reiterados desafueros del gobierno indigno y degradado ahora también pasarán a la historia como el tristemente célebre Herodes, conocido -como se sabe- por sus acciones criminales entre las cuales destaca la muerte de miles de niños menores de dos años llamada la Matanza de los Inocentes. Herodes rojos. Eso son.