5 Feb, 2014 | No había concluido el periodo vacacional cuando ya los voceros del régimen mostraban un balance más que exagerado y evidentemente interesado de la temporada vacacional de diciembre.

Como siempre, el mayor énfasis recayó sobre el balance cuantitativo: número de turistas, vuelos adicionales, incremento de visitantes etc., evadiendo hablar del aspecto cualitativo ¿A propósito? ¿Por desconocimiento? Lo único cierto es que la ignorancia persiste y no terminan de entender que la actividad turística más perfecta es aquella que combina armónica y equilibradamente cantidad con calidad.

Nos satisface que la demanda del producto Margarita mantenga su interés en alto y que inclusive crezca, no faltaba más, pero nos decepciona que las expectativas de los visitantes se vean frustradas.

Cómo ocultar las deficiencias vividas en esta temporada decembrina. Por ejemplo, cuando la luz se va la noche de Año Nuevo en varios municipios y especialmente en el sector hotelero de Antolín del Campo. Cómo obviar la inexistente oferta de productos de Puerto Libre (calzado, ropa, electrodomésticos) y también nacionales (harina, aceite, papel higiénico).

Cómo no preocuparse por la invisible presencia de guardianes de la vida -antes salvavidas- en las playas o por el incremento exponencial de la inseguridad -con asalto y tiroteo incluido a una pareja de turistas en playa Parguito a plena luz del día-; qué decir de la falta absoluta de planificación en movilidad vial generando innecesarias e interminables colas, la siempre ineficiente recolección de basura, la situación kafkiana del Aeropuerto con amotinamiento de pasajeros, sanitarios sucios y retrasos a granel y en donde el Sr. Mata Figueroa, muy orondo y complacido él, afirma que el tiempo de espera bajo a ¡10 horas! (nada menos que un viaje a Nueva York, ida y vuelta), entre otros muchas vicisitudes experimentadas por quienes aquí vivimos y quienes nos visitan.

Que nadie se equivoque. Amamos la actividad turística como el que más. Ha sido nuestra profesión y pasión desde nuestra más temprana edad. Nada más lejos de nuestra intención que críticas interesadas, pero estamos seguros que no hay nadie que pueda contradecir lo que en estas líneas expresamos. Lo que intentamos -con la mejor buena voluntad y a título de llamada de atención- es hacerle ver a quienes dirigen (?) oficialmente el turismo regional que la actividad turística no se basa únicamente en el número de visitantes que un destino recibe o lo poco que algunos comerciantes puedan vender.

Esa es una concepción miope y a todas luces ignorante de lo que es el buen funcionamiento del turismo y en consecuencia se nos hace inaceptable que el acostumbrado discurso demagógico las venda como el delirio y el éxtasis del éxito, omitiendo y, más grave aún, ocultando, las carencias del destino que, por cierto, son muchas, no mejoran y se repiten año tras año. Esconder o maquillar la situación no es la solución.