El famoso Rubén estuvo “Entre Coche y Cubagua” con Marcos Tineo y Verni Salazar. / Foto: GÉNESIS VELÁSQUEZ

17 Abr, 2016 | “Amor a primera vista”, así define Rubén Santiago su sentimiento por Nueva Esparta, el afortunado chef que le puso sabor adicional al típico pastel de chucho margariteño.

Durante el programa de “Entre Coche y Cubagua”, transmitido todos los viernes por el canal de Youtube del Sol de Margarita, Santiago relató parte de sus vivencias y logros en la Isla.

A tan solo 14 años de edad decidió dejar su pueblo de Sabana Grande, estado Trujillo, y probar suerte en Caracas donde trabajó limpiando los trastes en un restaurante de cocina venezolana llamado El Campo, ubicado en esa época en Los Palos Grandes.
Es el segundo de cinco hermanos; su padre farmacéutico y su madre enfermera, fueron su ejemplo de lucha y constancia, a tal punto de hacerse responsable del resto de sus hermanos cuando su madre fallece.

En Caracas vivía con unos tíos, a quienes llama “seres especiales”. Al cumplir la mayoría de edad lo ascienden a bartender y empieza a ganar premios por ser uno de los mejores en el arte de las cocttelería. Después empezó a mostrar interés por la cocina, que le gustaba saber más, pero también necesitaba un ingreso extra.

Un buen día tenía viaje para El Tigre y estando en Puerto la Cruz decidió abordar un ferry hasta Margarita. Allí nació el amor, pues Santiago no regresó jamás, decidió quedarse en la Isla y emprender. Fue contratado por el Hotel Concorde como instructor de bar y comedor.

Más tarde participó en la escuela de capacitación hotelera del Hotel Concorde, dirigida por Ricardo Rupprecht. Pero relata que su interés era crecer profesionalmente y es cuando decide fundar “La Casa de Rubén” en la 4 de Mayo, donde surgió la idea del famoso Pastel de Chucho.

Anteriormente los margariteños comían el “cuajado”, un plato a base de ese pescado con huevos y plátano; Santiago le hizo una serie de modificaciones, suprimió el huevo y le agregó queso y salsa bechamel.

Para el momento la palabra “pastel” en la región se usaba habitualmente para llamar a las hallacas, pero Rubén decidió aplicarselo a este plato, el pastel de chucho. Empezó a presentarlo de esa manera y logró una gran aceptación.

Recorrió varios rincones de la isla con ganas de emprender y colocar su sello en la comida margariteña. Confesó que para el momento su único interés era la cocina insular.

Actualmente La Casa de Rubén funciona en la AV. Santiago Mariño y no solo ofrece el afamado pastel, sino una exquisita ensalada de catalana, toritos rellenos y chucho guisado.

Ya han pasado 44 años de su llegada a la isla, donde procreó cuatro hijos, una hembra y tres varones. Para su fortuna, la hembra, de 17 años, estudió y se consagró como chef y el más pequeño de ocho años Rubén Antonio, aspira ser el sucesor de su padre, pues a tan corta edad ya ha definido el amor que siente por la cocina.