Vecinos pidieron atención. / Foto: DANIEL RAMÍREZ

7 Abr, 2016 | Residentes de la vía hacia El Salado, municipio Gómez, específicamente frente al estadio Roberto Vahlis, tienen más de 30 años sin recibir agua por tubería y deben "cazar" a los camiones cisterna que pasan a surtirse en los pozos de los asentamientos para rogarles por un poco del recurso.

Relataron que viven como camellos y el presupuesto familiar no les alcanza para pagar entre tres a cuatro botellones de agua potable semanales, los cuales cuestan 450 bolívares cada uno.

Entre otras necesidades mencionaron un parque infantil que entregó el antiguo gobernador Morel Rodríguez y que se mantiene desde hace años en total abandono, arropado por la maleza, siendo espacio para el escondite de delincuentes. Igualmente una cancha de usos múltiples en completo deterioro.

Dijeron sentirse abandonados y sin gobierno. Mireya Gómez, residente de la calle San José, relató que anteriormente la alcaldía traía agua, "pero ya hace bastante que se olvidaron de nosotros, ellos brillan por su ausencia".

José Rodríguez relató que otro de los problemas que tienen es el transporte público; "además de que lo aumentaron a 45 bolívares como hay pocas unidades, otras líneas habilitan autobuses y nos cobran 10 bolívares más, lo que también es un golpe a nuestro bolsillo".

En este sentido, Darío Velásquez reside en el callejón Bolívar y aseguró que viven el mismo "suplicio" del agua, por lo que hizo un llamado a las autoridades gubernamentales a atender "con urgencia" esta comunidad. Otra vecina comentó que si es necesario tomar acciones de calle lo harán, pero deben recibir respuesta de alguna manera.

A las autoridades

Pidieron a los representantes de la Hidrológica del Caribe tomar en cuenta el problema de agua que tienen en esta zona, asegurando que ellos no cuentan con los ciclos porque desde que le pusieron tuberías no reciben el vital líquido por esa vía.

Comentaron que en diversas oportunidades han solicitado que la alcaldía y la gobernación visiten el sector para constatar las necesidades en las que viven y no han recibido respuestas.

"Solo queremos que se conduelan de lo que vivimos acá", dijo Gómez. Por su parte, son llamados por ellos mismos "los olvidados". Pidieron que se acercase una comisión para al menos mandarles agua por cisterna. Algunos niños pierden clases por no tener limpios los uniformes, otros se enferman por la insalubridad.