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La soledad en la tercera edad
Es uno de los grandes enemigos del bienestar de nuestros mayores. Por eso, aquí encontrarás vías de escape y entornos de apoyo para combatirla y recuperar las ganas de disfrutar la vida en compañía.
Redacción | @elsoldmargarita

Foto: ARCHIVO.

Ir al cine es otra actividad sumamente gratificante en la tercera edad. / Foto: ARCHIVO.

16 Mar, 2016 | Existen hábitos sencillos que contribuyen al bienestar emocional de las personas mayores y les ayudan a combatir la soledad. Por ejemplo, cada día, conviene salir a pasear. Es importante dar esperanza porque muchas personas mayores hacen nuevas amistades cuando salen todos los días y comparten con otros mayores. Y es que uno de los peligros de la tercera edad es perder las relaciones sociales, por ello es conveniente que intentes cultivar tus relaciones con tus vecinos.

Muchos mayores también acuden a misa cada día y, en ese caso, pueden charlar con algunos de los feligreses a la salida de la iglesia. Del mismo modo, es positivo estar integrado en las actividades eclesiales; por ejemplo, puedes cantar en el coro parroquial. Los beneficios de la música son excelentes, no solo para tener un buen estado de ánimo, sino también para cuidar la memoria, tanto que la música también es estimulante para los enfermos de alzhéimer.

La soledad de las personas mayores se potencia todavía más en las grandes ciudades, donde la indiferencia social es mayor debido al individualismo existente. Sin embargo, si tienes la suerte de residir en la provincia, te resultará más fácil mantener relaciones sociales porque existe más cercanía entre los vecinos y la sensación de soledad es menor.

Cine, juegos y lecturas para la tercera edad

Ir al cine es otra actividad sumamente gratificante en la tercera edad. Es un plan que incluso puedes disfrutar en solitario y, además, te sientes acompañado mientras estás viendo la película porque a través de la empatía que sientes como espectador, sales por un momento de ti mismo y de tu propio mundo para ponerte en el lugar de los protagonistas de la trama. Se trata de un plan que te permite arreglarte, salir de casa, romper la rutina… Y todo ello influye positivamente en la autoestima.

Otras actividades que son muy enriquecedoras para una persona mayor, porque además de estar acompañada se siente bien al tener un plan diferente son: aprender a jugar al ajedrez, asistir a clases de bailes de salón o a gimnasia de mantenimiento, participar en un taller de escritura creativa o en un taller de lectura… La lectura es un hábito estimulante que mantiene la mente ocupada en un tema de nuestro agrado.

Aprovechando que ahora dispones de más tiempo libre, también puedes llevar a cabo un reto muy estimulante a nivel emocional: prueba a escribir tus propias memorias. No se trata de convertirse en un escritor profesional y desear publicar tu propia vida en un libro.

Pero puede ser un libro muy emotivo para ti, que sea tu particular legado para recordar todo lo bueno que te ha pasado en la vida. De hecho, de una forma consciente, puedes centrar la atención de esta obra tan importante en los acontecimientos positivos que han ocurrido en tu vida. Como explica Tomás de Aquino, la alegría en la vejez se potencia a través del recuerdo. Por ello, en la medida en que recuerdas las grandes amistades que has conocido, el amor que has sentido, y los éxitos profesionales que has alcanzado, también te sientes feliz.

Algunas personas mayores dejan de soñar, piensan que ya lo han vivido todo. Para combatir este estancamiento, tienes que seguir marcándote retos y metas. Metas que no tienen que ser grandes proezas, pero sí objetivos que te estimulen y hagan tu rutina más agradable: tener unos horarios regulares para las actividades cotidianas (asearse, comer, dormir…), salir a tomar el aire todos los días, hacer los recados… La vida te da grandes oportunidades en cualquier momento.

También conviene recordar que la televisión es una gran compañía para aquellas personas mayores que viven solas, al igual que la radio, que también es un buen aliciente para todos los que quieren escuchar un programa antes de dormir para sentir menos la soledad. Conviene que te decantes por contenidos televisivos que transmitan valores positivos y gratificantes.

Conclusión positiva

Como conclusión, y para lanzar un mensaje positivo, merece la pena recordar que ser mayor es todo un privilegio y un honor. Muchas personas mueren jóvenes, sin embargo, ser mayor supone tener una perspectiva de la vida plena: la perspectiva que te aporta la riqueza de la experiencia. Por otra parte, la edad no es más que una fecha que está en el calendario ya que, en realidad, una persona puede ser joven de espíritu aunque su cédula de identidad indique que tiene noventa años. La vida es un regalo siempre que una persona se siente querida.

Fuente: Maite Nicuesa Guelbenzu, doctora en Filosofía y experta en coaching.




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