Juan de Castellanos. / Foto: CORTESÍA.

5 Mar, 2016 | Le cantó, y saboreó la virginidad de sus sombras…

Juan de Castellanos es el primer cronista de San Juan Bautista. Vivió en este valle entre 1541 y 1543. En su obra “Elegías de varones Ilustres de Indias”, escrita en versos, podemos apreciar la descripción que hace de este valle: así nos encontramos con una expresión de su autoría: “Valle de San Joan, dulce consorte, por ambas partes goza de gran loa, con árboles amenos y frescura y de sabanas muy mayor anchura”.

Al leer detenidamente sus versos, podemos entresacar aspectos muy importantes de los primeros años de la vida cotidiana de este valle, así tenemos:
Nos describe la tranquilidad de este paraje:

“Cualquiera de nosotros allí osa
Acostarse quitadas las espuelas
Y sin temor de yerba ponzoñosa
Arrinconar escudos y rodelas.

Nos refiere Castellanos
las impresionantes ceibas:
En el Val de San Joan principalmente
Eran los regocijos más continuos,
Y a sombra de la ceiba deleitosa
Admirable de grande y de hermosa

Con cierta cantidad no señalamos,
Por increíble cosa, tronco y cepa,
Pues toma tal espacio con sus ramos
Que dudo que mayor otro se sepa:
Tan bella, tan compuesta la pintamos,
Que hoja de otra hoja no discrepa;
Allí con el frescor del manso viento
Daban cien mil contentos un contento.
Bajo esta ceiba, según Luis Beltrán Guerrero, se reunió el primer ateneo o peña literaria de Venezuela, pues bajo su sombra se daban cita los poetas Bartolomé Fernández de Virúes, Jorge de Herrera, Hernán Mateos, Diego Miranda y el propio Castellanos.
Corre mano veloz el instrumento
Con un ingenioso contrapunto
Enterneciéndose los corazones
Con nuevos villancicos y canciones.

También, según Castellanos, existió en este valle la primera “Casa de Citas”, de todas maneras copio textualmente sus versos para que saquen las conclusiones:

“Allí satisfacían abundancias,
El hambre del entrada do venían,
Y aún otros consumían las ganancias
Con juegos y con damas que servían:
Frecuentábase estas estancias
Donde hermosas damas residían,
No queriendo vivir estas edades
En pueblos, sino por sus heredades.
No hallaban lugar cosas molestas,
Ni do pesares hagan sus empleos,
Todos son regocijos, bailes, fiestas,
Costosos y riquísimos arreos.

Además resalta Castellanos: las aves, las frutas, el ganado y muy especialmente a las mujeres de este valle: Instruidas de mano castellana, lascivos ojos, levantadas frentes, de condición benévola y humana.