"Durante siglos fuimos 'Isla', y esa condición geográfica robusteció nuestras raíces. Por eso sufrimos calladamente nuestras calamidades. Por eso nos libertamos primero y con nuestros propios recursos”. Jesús Manuel Subero. / Ilustración: IVÁN LIRA

27 Feb, 2016 | Hablar del maestro Jesús Manuel Subero es referirnos a uno de los más grandes neoespartanos de todos los tiempos, es tener el punto de admiración en el máximo nivel, por lo que representó y por lo que representa para nuestra historicidad Insular, sus investigaciones plasmadas en una extensa bibliografía nos llena de orgullo y nos invita a seguir defendiendo ese legado que nos dejó y que con gran compromiso asumimos.

Dentro de la obra publicada del maestro Subero y que toca uno de los temas que más apasiona es "Identidad margariteña", un trabajo de obligatoria lectura de todos los que nacimos en estas islas, allí nos encontramos con los capítulos: Características Tipológicas, Apego a la tierra, Acogedores, Algunas costumbres, Inmigrantes, Contrabandistas, Religiosidad, Jugadores, Bebedores, Concubinato, Valores morales y Creencias. Este interesante libro fue editado por el Centro de Investigaciones Humanísticas de la Universidad de Oriente Núcleo Nueva Esparta en 1988, multigrafiado. Comparto con ustedes el prólogo escrito por otro grande Ángel Félix Gómez, con el título de Algarabía de Voces.

“La algarabía de las voces en la playa se confunden con el chillido de los pájaros de mar. El mandinga ha calado y todo es luz y voces en el puerto. Luego vendrá la noche y una canción melancólica salida desde una ranchería se acunará en las olas. Después el silencio. Al amanecer de nuevo los andares.

Así es la Margarita de los puertos, con sus hombres fornidos, incansables, alegres, amplios. Nada diferentes de los margariteños de tierra adentro, donde el surco reseco abre sus miles boca en busca de la lluvia. La Margarita vegetal donde el hombre se aferra en cada amanecer con la esperanza del fruto almibarado, del tubérculo mitigador de tantas necesidades.

Hombres de mar y hombres de tierra siempre tendrán las manos abiertas para dar lo que no se tiene. La misma mano callosa y ruda del guaral y del azadón, es mano firme empuñada para señalar la amistad para siempre. Porque entonces el dador fruncirá el ceño y con un gruñido y un silencio mortificante demostrará que está enojado. Después los labios se le irán distendiendo y el cielo de una estruendosa carcajada cobijará de nuevo la amistad. Así es el margariteño: franco, sin segundas intenciones, ingenuo. Con una ingenuidad que hoy se le ha explotado demasiado. Ahora es un ser arisco, desconfiado. Mira mil veces el papel que se le pone al frente y quisiera no saber escribir para no firmar y ser engañado de nuevo. El margariteño de hoy duda de todos los que lo rodean y se atrinchera con monosílabos cortantes.

Jesús Manuel Subero. / Ilustración: IVÁN LIRA

Jesús Manuel Subero es maestro. Toda su vida ha sido maestro. Es forjador de muchas generaciones de margariteños. Él es depositario de todo nuestro patrimonio cultural. Es un acucioso investigador. Un intelectual solvente, con una amplia cultura y un gran rigor científico, por eso su palabra es sabia y formadora. Jesús Manuel Subero mantiene una lucha constante por los valores culturales del pueblo margariteño. Sabe que nuestros enemigos son muchos. Por eso ha dado clarinadas de alerta. Es un hombre sin temor, no vacila en desenmascarar a tanto traidor oculto detrás de velados intereses.

Jesús Manuel Subero tiene una extensa bibliografía, hoy nos entrega un nuevo título: “Identidad Margariteña”. Libro documentado donde se dice lo que somos y lo que seguiremos siendo, pese a esta avalancha que hoy nos tiene sumergidos en un falso progreso. Seguiremos siendo porque las características de nuestra identidad son indestructibles.

Durante siglos fuimos ‘Isla’, y esa condición geográfica robusteció nuestras raíces. Por eso sufrimos calladamente nuestras calamidades. Por eso nos libertamos primero y con nuestros propios recursos. Por eso hoy día nos sobrepondremos a estas adversidades.

Este libro de Jesús Manuel Subero, es un libro de todos y para todos. El que nos conoce sabrá quienes somos. Los que pretenden desconocernos, sabrán de dónde venimos y lo que podemos hacer. Queda para los jóvenes investigadores margariteños, profundizar en estos conocimientos que hoy nos entrega Jesús Manuel Subero, -fuente inagotable del quehacer- insular- para ampliar nuestros horizontes”.