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La valiente respuesta de Gómez a Morillo
La sangre que se ha derramado y la que derramará, emana del íntimo impulso que tiene todo hombre al defenderse de su enemigo y del implacable odio que profesan los margariteños a sus opresores y no de las ideas perversas de nuestro héroe...
Verni Salazar

Foto: ARCHIVO.

La respuesta de Francisco Esteban Gómez hirió el orgullo de Pablo Morillo. / Foto: ARCHIVO

13 Feb, 2016 | El generalísimo español Pablo Morillo vuelve a la isla de Margarita, lo trae el sentimiento de rabia y de venganza, por lo que él llamaría la traición de Juan Bautista Arismendi, después de haberse rendido en el año 1815. Durante todo su recorrido por tierra firme de Venezuela y la Nueva Granada durante el año 1816, regresa a nuestra isla con un gran contingente, el más grande que ha surcado estos mares. A mediados de julio salió de Cumaná con su ejército de más de 3.000 hombres, y el 17 del mismo mes desde su cuartel general del campamento de Los Barales, dirige una Proclama de Intimación al Comandante General Francisco Esteban Gómez, quien le responde en los siguientes términos, en donde se evidencia el espíritu de libertad que arropaba el corazón de los margariteños:

El General en jefe del Ejército Libertador de la isla de Margarita. Al Exmo. Señor General en Jefe de las tropas del Rey.

Exmo. Señor: Los espartanos de Colombia han visto con bastante admiración el parlamento inesperado que V. E. les envían: extrañan el bárbaro estilo de intimar la rendición de esta isla, después de haber hostilizado atrevidamente sus costas sin preceder aquel requisito, y se complacen al ver que V.E. ha conocido su yerro, cuando ya todos se hallan irritados y revestidos con las nobles insignias del valor para vengar los nuevos ultrajes que se les irrogan.

Las tropas del Rey que tiene V. E. bajo su mando nada han adelantado con pisar otra vez las áridas playas de Margarita, y el esperar por esto que vuelva a la tiránica dominación española, es tan difícil como que V. E. cumpla las promesas que hace bajo la mentida frase de que su palabra es inviolable.

Si V. E. conoce los comprometimientos de la masa general de esta isla, debe también sacar por consecuencia, que no es ya la causa de un particular la que defendemos y que el general Arismendi a quien V. E. atribuye el origen de nuestras desgracias, lejos de traernos esos supuestos males puso en nuestras manos el precioso don de la libertad, y supo conducirnos a la cumbre de la gloria dejándonos a su partida sabias lecciones para defendernos, y fieles modelos para vencer españoles.

La sangre que se ha derramado y la que derramará, emana del íntimo impulso que tiene todo hombre al defenderse de su enemigo y del implacable odio que profesan los margariteños a sus opresores y no de las ideas perversas de nuestro héroe; del entusiasmo que a todos nos anima para sepultarnos entre las ruinas de nuestro país con cuantos objetos amables poseemos, antes que dejar a la posteridad el confuso lunar de la humillación y vasallaje en el brillante cuadro de nuestras victorias.

Cierto es que V. E. es bien conocido de nosotros, y jamás borrarán de su memoria los margariteños la duración, aunque efímera de sus pasadas promesas: males de toda especie cayeron sobre nosotros en vez de los prometidos beneficios: un grito general se oyó en toda la isla, y este lastimoso clamor fue el que instigó al pueblo a usar del derecho de insurrección que le permite la ley de la naturaleza y de todas las sociedades.
Desde entonces ratificó el juramento que antes había hecho por su independencia y libertad y tomando por divisa morir o vencer borró para en adelante las palabras de perdón y olvido de lo pasado con que todos los jefes españoles ocultan y abrigan sus verdaderas intenciones, y disfrazan sus tramas para sacrificarnos.

Así pues, está por demás repetir estas promesas, como también el paso que V. E. ha tenido la bondad de dar en favor de la humanidad, enviándonos su proclama e intimación, no pudiendo dejar de advertirle que hemos fijado muy atentamente la consideración en la amenaza que nos hace V. E. de la total desolación de la isla si no convenimos con lo que soberanamente nos intima. Por tales expresiones de V. E., por los comprometimientos primitivos, y por los que en virtud de la conducta de los agentes de V. E., en esta isla, tomó el pueblo resolutivamente, acabará de conocer los uniformes sentimientos de estos habitantes, para el último arreglo de su conducta, debiendo añadir, que si V. E. fuere vencedor se hará dueño de los escombros, de las cenizas y de los lúgubres vestigios que a su pesar quedarán en nuestra constancia y valor con más brillo que los de Sagunto y Numancia. Si la fuerza y los medios que están a disposición de V. E. son tales cuales nos los pinta, bien podrá coger por triunfo, para satisfacer la tirana ambición de su soberano, y complacerse en ellos, la área estéril y desolada de la isla Margarita, pero jamás podrá decir que se le rindieron sus ilustres defensores. Cuartel General de la Sabana Grande a 18 de julio de 1817. 7mo. Francisco Esteban Gómez.

Afirma el historiador Francisco Javier Yanes en su “Historia de Margarita”: “Esta contestación hirió vivamente el orgullo de Morillo, prorrumpiendo al leerla en sus expresiones de costumbre; y mandando luego poner en movimiento todas las fuerzas de tierra y mar, dio las disposiciones convenientes para llevar al cabo su propósito de reducir a cenizas la isla, sin que quedase uno que conservase la memoria de los hechos sangrientos y terribles que había decretado en el furor de su indignación…Varias y porfiadas fueron las acciones que tuvieron lugar en esta campaña, en las que siempre salió humillada o confundida la arrogancia castellana”.

Así derrotado en Matasiete el 31 de julio, saldría por Pampatar el 17 de agosto, para que nuestra isla de Margarita se convirtiera en la primera provincia libre del yugo español.




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