Porlamar
29 de abril de 2024





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Réquiem para un amigo especial
Como hombre de mar, supo pescar en la vida múltiples facetas e intereses, destacado investigador en el campo de las ciencias ambientales, particularmente en aspectos de comunidades coralinas, lagunares y cuestiones ecológicas.
Verni Salazar

Foto: CORTESÍA

La extensa obra de Pablo Ramírez está publicada en libros y revistas. / Foto: CORTESÍA

30 Ene, 2016 | Bahía de Guaraguao, el mar azul, al fondo y más acá la línea rota de la espuma, y detrás de esa espuma, la casa de los Ramírez Villarroel, el patrón José Salomé Ramírez, hombre de mar, de nasas y de vientos, y la matrona Natividad Villarroel, mujer de esperanzas escritas en el horizonte de ese mar, en este ambiente nació Pablo José Ramírez Villarroel, quizás por su niñez, siguió jugando en su playa, llevó su luz y su olor por donde quiera que fue y amontonó su querencia eterna en esa arena, guardó su amor, sus juegos y penas, y su orgullo floreció por siempre: yo soy de Guaraguao.

El grupo escolar "Br. Santiago Salazar Fermín" le abre sus puertas y en sus aulas alcanza la educación primaria y en el liceo "Nueva Esparta" se hace bachiller en ciencias. Se enrumba hacia tierra firme, pero se lleva su mar en las costillas pegado, y en el viento de poniente, con secretos y promesas de caracolas y algas, y en Cumaná, en el núcleo de la Universidad de Oriente, sigue adherido a su mar, ahora el arrecife coralino, que estaba frente a su casa, donde buceó, donde aprendió a puyar el pescado y a matar pececitos, adquiere otra connotación, ahora lo ve con más cariño, ahora ya es Biólogo Marino, es Licenciado en Biología… ya su padre José Salomé se había marchado con el viento a su favor a faenar en el cielo.

El progreso rompió el encanto, y derrumbó la casa de los Ramírez Villarroel, la avenida, tapó la espuma y el cemento se tragó la arena, y sirve de muralla, pero no borró en los ojos, porque el mar fue el espejo en que su alma se miró, compartido con sus otros amores, su esposa, Zulamys Marín y sus hijos: Pablo José, Aníbal Salomé y Zulamys Paola y después los nietos.

El don de gente, su preparación académica-científica, la responsabilidad, y ese cariño por su mar, lo llevan a ganar concurso en el Departamento de Biología de la UDO Cumaná, donde trabaja por año y medio y luego regresa a su mar, el de Margarita, como profesor del núcleo de la UDO Nueva Esparta, tres años más tarde le diría: te llevo, mi mar, hacia donde la tierra huele y sabe a materia prometida; el mar lo lleva a la Universidad de Texas en Estados Unidos a realizar un posgrado en Ecología.

De regreso, fue director de Cursos Básicos, Coordinador del Núcleo y Decano por dos períodos consecutivos, en el mismo núcleo de la Universidad de Oriente.

Como hombre de mar, supo pescar en la vida múltiples facetas e intereses, destacado investigador en el campo de las ciencias ambientales, particularmente en aspectos de comunidades coralinas, lagunares y cuestiones ecológicas, con énfasis en la conservación de estos ambientes, su obra está publicada en libros y revistas nacionales e internacionales; redactor de estatutos y promotor de varias jornadas y proyectos; asesor y tutor de tesis de grado relacionadas con la conservación del ambiente; conferencista en eventos nacionales e internacionales, entre otros, publicó varias monografías y libros y contribuyó a la publicación de otros autores.

Sus capacidades y su preparación lo llevaron a desempeñarse como: presidente de la Junta Directiva de la Asociación de Profesores de la UDO, presidente de la Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios de Venezuela, presidente de la Sociedad Conservacionista del Estado Nueva Esparta, secretario ejecutivo de la Comisión Organizadora para la celebración de los 500 Años de Margarita, miembro de la Comisión para la Reforma del Estado (Copre), coordinador de la Red de Bibliotecas Públicas del Estado Nueva Esparta, presidente (E) de la Corporación de Turismo del estado Nueva Esparta, secretario general de Gobierno del Estado Nueva Esparta, Gobernador (E) del Estado Nueva Esparta, me atrevo a decir con propiedad que tras la obra del gobernador Fucho Tovar, hay mucho de Pablo… además de cronista de la Universidad de Oriente, director de la Academia de la Historia del estado Nueva Esparta, presidente de la Fundación Club Progreso de Porlamar, presidente del "Foro Virgen del Valle", creador del Coloquio "Origen y Establecimiento de los Pueblos de Nueva Esparta", entre otros.

La vida es simplemente un reflejo de nuestras acciones, y puedo asegurar que las acciones de Pablo lo catalogan como un ciudadano ejemplar, excelente hombre de familia, incuestionable en su labor al frente de cualquiera de los cargos que ocupó, creyente cien por ciento de nuestra Virgen del Valle, en su cartera no faltaba la estampita con su imagen que hacía más de cincuenta años le había dado su madre, y que mostraba con orgullo cada vez que hablábamos de la Virgen, isleño a carta cabal y un amigo, con quien cuando compartías las decisiones eran más fáciles y los problemas perdían importancia…
Con Pablo… Nueva Esparta pierde uno de sus más preclaros hijos de los últimos tiempos:
Inteligente y prudente en el accionar.

Sencillo, sin arrogancia en el andar.

Exigente para organizar.

Puntual y productivo en el trabajar.

La sonrisa sincera al saludar.

Hasta siempre amigo Pablo…

Hay lágrimas en el corazón de la margariteñidad.




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