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Agua… una historia de sequía
Durante muchos años, la perforación de pozos y la construcción de aljibes o jagüeyes para el aprovechamiento de las aguas subterráneas fue la alternativa, sin embargo fueron abandonados luego por su calidad salobre y en algunos casos la presencia de intrusión salina.
Verni Salazar

Foto: ARCHIVO.

Fueron construidos lugares para el aprovechamiento de las aguas. / Foto: ARCHIVO

23 Ene, 2016 | El agua es el componente principal de la materia viva, de allí su importancia para los seres humanos. El suministro y aprovisionamiento para necesidades domésticas ha constituido desde tiempos remotos un problema que se ha tratado de solucionar de diferentes formas para proporcionarla para el consumo humano de un modo seguro.

En la isla de Margarita el régimen de provisión comienza con el aprovechamiento las fuentes superficiales, como lagunas naturales o artificiales, pozos cavados para almacenar aguas de lluvia, además con la construcción de galerías filtrantes, entre estas las del Valle de Pedro González, Tacarigua, La Estancia, Caranay y El Abismo en Juan Griego. Durante muchos años, la perforación de pozos y la construcción de aljibes o jagüeyes para el aprovechamiento de las aguas subterráneas fue la alternativa, sin embargo fueron abandonados luego por su calidad salobre y en algunos casos la presencia de intrusión salina.

Ángel Félix Gómez (2001), nos dice: "Dadas las frecuentes sequías, los margariteños construyeron pozos para almacenar el agua de lluvia. Asimismo en las montañas, construyeron los llamados albercones, especie de estanques de rocas en donde se almacena todavía el agua proveniente de los manantiales. El agua de estos albercones sirve tanto para el regadío como para el consumo humano. Hoy día existen en las zonas de Ochenta, Buena Vista y La Sierra en la cara sur de la Serranía del Copey; y en Fuentidueño y Tacarigua en el lado norte de la misma. En los distintos pueblos de Margarita aún se recuerdan los pozos excavados para almacenar el agua de lluvia, pues no fue sino muy entrado el presente siglo XX, cuando se construyeron acueductos en los principales pueblos de la Isla".

Felipe Natera Wanderlinder, en Margariteñerías Nº 208 de noviembre de 1988, escribe: "Entre los años 1937 y 1939, el Ministerio de Obras Públicas comienza la perforación de pozos. Cuatro años más tarde, exactamente el 15 de abril de 1943, es creado el Instituto Nacional de Obras Sanitarias (INOS) y de inmediato este ente se aboca a la solución del problema y comienza también con la perforación de pozos. En 1948, el Ejecutivo Nacional contrata un estudio con el Hermano Apolinar y Cruxent, que crea al comienzo expectativas en cuanto a cantidad y calidad de las aguas subterráneas de la Isla, pero finalmente los resultados son totalmente negativos.

En ese mismo año, el Ministerio de Agricultura y Cría se incorpora en la búsqueda de soluciones, perforando algunos pozos en el Valle de Pedrogonzález, que fueron abandonados posteriormente por el bajo rendimiento de los mismos y por contener aguas salobres. En 1954, el INOS perfora ocho pozos en La Asunción, en el sitio llamado Camoruco. Estos pozos producen un total de 20 litros por segundo, pero fueron abandonados en 1958 por la presencia de intrusión salina. En 1955 y 1956, se perforaron los pozos en Loma de Guerra, La Mira, El Agua y Manzanillo, todos igualmente abandonados por el bajo rendimiento".

Entre los años 1945 y 1958 se construyen tres embalses buscando la forma de acabar con el problema del agua en isla de Margarita, así tenemos que entre 1946 y 1948 se construye el dique de La Asunción, con una capacidad de 288.896 metros cúbicos y un caudal de 10,1 litros por segundo para abastecer a Porlamar, La Asunción, Pampatar y Los Robles; el dique de San Juan tardó en construirse cinco años desde el estudio de factibilidad elaborado en 1946 hasta su culminación en 1950, con una capacidad de 1.080.000 metros cúbicos y un caudal de 27 litros por segundo, para cubrir lo que era el distrito Díaz (hoy municipios Díaz, Tubores y Península de Macanao) y Juan Griego; el embalse de Guatamare se construye entre 1954 y 1955, por fallas de filtraciones fue rehabilitado en 1958, con una capacidad de 770.000 metros cúbicos y un caudal de 14,9 litros.

Es importante señalar que entre los años 1957 y 1959, nuestra Isla sufría una sequía histórica y toda el agua que se consumió fue transportada en gabarras, para medio mitigar la necesidad reinante.

En el año 1960 inaugura el presidente de la República, Rómulo Betancourt, el primer acueducto submarino que llega a la isla de Margarita desde la población de Cariaco y Los Clavellinos- río Carinicuao.

En 1988 inaugura el presidente Jaime Lusinchi el segundo acueducto submarino que viene desde la represa de Turimiquire. En la Isla, ambos se interconectan y conforman el sistema de distribución principal.

La isla de Coche recibe unos 20 l/s del agua que se envía desde el embalse de Clavellinos, aunque requiere doble volumen del líquido.

El progreso y los nuevos tiempos exigen a los principales responsables del abastecimiento del agua en el estado Nueva Esparta, la búsqueda de alternativas factibles que puedan acabar con esta penosa calamidad que nos afecta cada día más, y no nos merecemos que uno de esos tecnócratas de nueva data nos venga con el cuento de que esperan posibles soluciones para el año 2021...




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