Proveedores van y vienen sin la promesa de abastecer los establecimientos. / Foto: VANESSA RANGEL

24 Mar, 2015 | El sector ferretero no escapa a los problemas económicos que se viven en el país, donde la escasez de productos y alto costo de otros genera un déficit de oferta para quienes están inmersos en el proceso de construcción.

Rafael Zabaleta, habitante de Pampatar, empezó la construcción de su casa hace un año y a la fecha, con los altibajos del sector, afirma que "a duras penas he avanzado. En un comienzo iba de local en local y conseguía los materiales, pero en este año no he conseguido nada".

Proveedores van y vienen sin la promesa de abastecer los establecimientos. Carmen Vásquez, gerente de Materiales Maturín, afirmó que en la actualidad no existe una fecha para que los distribuidores les entreguen la mercancía. En este comercio de Porlamar desde hace varios meses no llegan cabillas ni materiales necesarios para la construcción.

Vásquez refirió que tienen en venta láminas de 'acerolit' y cerchas, además de todo lo que sea plástico, como tuberías y otros implementos de ferretería. Zabaleta, como muchos ciudadanos que ante la necesidad optaron por la autoconstrucción de sus hogares, está entre la espada y la pared, porque no sabe cuándo ni cómo terminar el proyecto.

En Todo Hierro, situado en Porlamar, la realidad no es diferente. El jefe de patio, Luis Siso, afirmó que en depósito tienen tubos de hierro 100x100, 120x60, 80x40, que sirven para las columnas, vigas y correas y otros materiales como losacero, pero desde hace algún tiempo no comercializan cabillas porque no les han despachado.

Las cabillas y el cemento representan la mayor demanda de los clientes, como Zabaleta, pero los gerentes de los establecimientos no tienen la certeza de cuándo podrán ofrecer dichos materiales.

Reclamo por precio

A juicio de Nicolás Reyes, residente de Porlamar, las autoridades deben garantizar la distribución de cemento a todos los establecimientos para acabar con la escasez, pues el problema da cabida para que los revendedores comercien el saco a 800 y 1.000 bolívares, cuando el costo real es de Bs 110.