8 Mar, 2015 | "Dicen que los hermanos morochos generalmente tienen las mismas actitudes, sienten igual y lo que le pasa a uno lo percibe el otro, de manera que cuando uno ve esa situación, inmediatamente piensa que son producto de mismo parto y en el caso que quiero comentarle, sobrino, creo que se trató de un parto seco, pues me cuentan que la madre sufrió mucho en el alumbramiento, y sigue pasando penurias todavía".

Como no sé de cuál familia me habla, espero que el tío Caballo Rojo aclare. "Hablo de nuestra familia, sobrino, de la madre suya y mía. De la madre Patria, como diría el difunto, muy celebrado en estos días. Por cierto que dicen que fue sembrado, pero la sabiduría popular dice que quien siembra vientos cosecha tempestades y ya usted ve lo que está pasando en el país".

Le pido al tío que no se me desvíe del tema y me replica que se trata de lo mismo. "Es que le quiero hablar de un hecho que he venido observando en los últimos tiempos. Que nada se parece más a la dirigencia del partido de gobierno, como la dirigencia de la Muda. Todos hablan pendejadas hasta el cansancio y a la final, proceden de la misma manera. Y si no me cree, fíjese en este asunto de la escogencia de los candidatos para las elecciones de diputados".

Refiere que ambos hablaron de hacer primarias. Los rojillos dicen que será para todos los circuitos, pero condiciona a que el 50% sean jóvenes y el otro porcentaje sean mujeres. Después que estén electos, los jefes allá arriba decidirán y, como una limosna, le darán un puestico, el menos salidor, al resto de los partidos del Gran Polo. Puro show, puro centralismo democrático al estilo de Stalin.

"Por su parte, la Muda vuelve a equivocarse. Los partidos se reservaron, igual que el contrario, toda candidatura por lista, acudieron al famoso consenso y agarraron más de la mitad de los circuitos y sólo habrá primarias en 38 de ellos. Al final, ambas partes obtiene el mismo resultado, o sea, los cogollos, rojillos y multicolores, terminan imponiendo a sus compinches por encima de las esperanzas de la gente. Ninguno busca el consenso del pueblo y lo triste sobrino, es que la madre que los parió sigue sufriendo. ¿Son o no, morochos?".