15 Ene, 2015 | Quien desconozca o le busque alguna justificación a esta situación -sea persona o gremio, da igual- estaría haciéndole un flaco servicio al desarrollo y progreso de Margarita, amén de convertirse el hazmerreír de la colectividad insular.

Una temporada que comenzó con 1.300 asientos diarios menos en las pocas líneas aéreas que todavía sirven la ruta a Margarita convirtiendo el viaje en una tortura insoportable.

Familias enteras en el suelo de los aeropuertos, retrasos de hasta ocho horas, equipajes extraviados o simplemente robados. Por mar la cosa no fue diferente. Los barcos de la “nueva” Conferry roja, impuntuales, lentos, sucios y con problemas mecánicos serios que no fueron capaces de cumplir con los boletos vendidos dejando mucha gente varada. Los terminales -especialmente Pto. La Cruz- un chiquero al aire libre, baños asquerosos, tarantines de fritangas poco higiénicos, reventa de cupos, matraqueo, anarquía e inseguridad.

Qué decir de la aguda escasez de productos básicos para los visitantes y, peor aún, para los hoteles que públicamente expresaron graves limitaciones para conseguir papel higiénico y jabón para los huéspedes, alimentos de todo tipo y hasta detergente para la limpieza y cloro para las piscinas. El comercio falto de oferta, pobre en calidad, con apenas una que otra pacotilla de última hora y sin inventarios suficientes. El Puerto Libre en sus últimos estertores de una muerte mil veces anunciada.

La inseguridad también estuvo presente para temor y preocupación de residentes y turistas. Lo sucedido a Carl Herrera, atracado y abaleado a plena luz del día en una zona turística emblemática que por ser una celebridad deportiva tuvo ribetes de escándalo; pero también asaltaron viviendas, robaron mercancía de los carros y atracaron turistas en playas y bulevares. Mientras, las fuerzas de seguridad ocasionando interminables e innecesarias colas y jugando con sus teléfonos móviles.

Al cierre de esta crónica no podemos dejar por fuera la estupidez de clausurar restaurantes y servicios en playa Parguito los días 31 y 1 en claro abuso de poder por parte de chapuceros y envalentonados funcionarios de chalecos rojos o el decreto bufo de Ley Seca que lo único que logró fue restringir la vida nocturna y la oferta gastronómica del destino. Puro subdesarrollo bolivariano. Se imaginan Ley Seca en Aruba, Cancún o Cartagena.

Y a todas estas, ¿dónde estaba el titular MinPOPOturismo? ¿Por qué no estuvo presente, como era su deber, ante estas situaciones tan adversas para el turismo en Margarita? ¿Por qué no dio la cara?

Ya lo veremos ofreciendo cifras inventadas, vendiéndonos una temporada que no fue, pretendiendo convertir mentiras en verdades y muy seguramente aplaudido por quienes no tienen el guáramo suficiente para decir las cosas por su nombre. Los mismos que cuando cambie la situación serán los primeros en alzar su voz histérica y altisonante y exigir mañana lo que no supieron defender hoy .Bien me lo decía mi abuelo: Cuídese cuando las gallinas pretendan cantar como gallos. Nunca hemos entendido porque el chavismo odia tanto a Margarita.