Roxana Loyo y Carolina Millán Continúan la tradición arepera que inició Vicenta Millán. / Foto: TANYA MILLÁN

9 Nov, 2014 | Seis años atrás, las mujeres de la dinastía Millán en La Asunción decidieron prestar atención a lo que tanto decía la gente: "¿Por qué no preparan arepas como Vicenta? Extrañamos su sazón". Motivadas por la graduación de Roxana Loyo (nieta), las hijas de Vicenta se pusieron las pilas.

Reformaron la casa familiar, ubicada en el bulevar 5 de Julio frente a la quinta El Cangrejo.

El famoso fogón de Vicenta se mudó a la esquina de la casa. Es evidente el cariño que las Millán le tienen al rincón de las arepas: está lleno de detalles agradables y de reportajes que les recuerdan a la querida abuela que les dejó la mayor fortuna, manos generosas en sazón.

Ramona y Martina, hermanas de Carolina e hijas de Vicenta, se sumaron a la idea; la primera hace los guisos con la misma sazón de la abuela y la segunda prepara la masa de maíz pelado o pilado.

No ha salido el primer rayito de sol cuando las damas abren las puertas de su local para recibir a los comensales, cierran al caer la mañana y a las cuatro abren nuevamente para vender dulces criollos y pizzas, una innovación reciente que ha gustado mucho a las personas del sector. Todo es muy fresco y hecho en casa.

Algunos se preguntan dónde está el secreto, cómo es que pueden ser tan deliciosas estas arepas. Las féminas confesaron que Martina suaviza la masa de maíz con pandelaño o con auyama para una mejor contextura.