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Fascistas Sin conocer cuál es su origen, sus síntomas, sus pretensiones y sus consecuencias. El fascismo nace como forma de totalitarismo en el siglo XX con Benito Mussolini en Italia. Luis Eduardo Rodríguez
8 May, 2014 | Ante tanta ignorancia leída y oída en los últimos días a propósito de la inquietud que una vez más embarga a la ciudadanía y a la sociedad civil y que pone de manifiesto la elemental y pobre cultura política de la mayoría de los voceros del régimen militar-cívico nos toca, pues ,aclarar el mal uso que se le ha dado al término fascista y que tan común es oír de labios de quienes ignorante e interesadamente lo usan como elemento descalificador para densos sectores y limitar su derecho a la participación política. Sin conocer cuál es su origen, sus síntomas, sus pretensiones y sus consecuencias. El término proviene de "fasces" que no era otra cosa que los garrotes que portaban los "lictores", oscuros personajes que ejercían funciones policiales basadas en el terror y la brutalidad. El fascismo se cultiva tanto en regímenes de derecha (Franco, Mussolini o Hitler) como de izquierda (Stalin, Mao o Castro). El fascismo no es una ideología en sí, sino más bien una forma unipersonal y un estilo totalitario de ejercer el mando y la dirección de un país. Se basa en el poder absoluto de un solo hombre y de su fanática y enfermiza camarilla. El fascismo exalta el nacionalismo exacerbado, son patrioteros más que patriotas, suprime el disentimiento político en beneficio de un pensamiento y un partido único, elimina el localismo y privilegia el centralismo, muestra masas paramilitarmente organizadas, abusa de los símbolos patrios y las concentraciones de sus seguidores, promueve colores, saludos y consignas, utiliza y manipula hábilmente los medios de comunicación y vende el carisma de un líder en donde se concentra todo el poder. Le suena conocida esta definición. El fascismo crea deliberadamente sentimientos de miedo y frustración colectiva potenciándolos mediante la violencia, la represión y la propaganda creando un enemigo -real o imaginario, externo o interno, da igual- buscando lograr unidad y adhesión voluntaria o por la fuerza en la población. El fascismo es por definición militarista, demagogo, populista y antiplural. Todo tan parecido a la actual realidad venezolana. El fascismo genera violencia y muerte, brutalidad y autocracia, sumisión y pobreza. El fascismo crea y promueve personajes déspotas y poco cultivados cultural y políticamente. El fascista arremete contra el débil, irrespeta a minorías, se cree superior y dueño único de la verdad. En el perverso uso del poder absoluto se envilece y corrompe, vende sus principios y valores y se le pudre el alma. Eso es el fascismo. Así es el fascista. Muchos rojos dentro de su ya conocida incultura abusan del término fascista y no se dan cuenta que se están describiendo a sí mismos. La ignorancia es insolente, sin duda.
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