En el lugar de los hechos se encuentras restos de ropa chamuscada. / Foto: JORGE BRITO

13 Feb, 2014 | Tras una reja blanca sellada con cadena y candado se encuentra la historia de un crimen que consternó a la comunidad de Pedro González. Tres cuerpos calcinados fueron hallados en el patio trasero de una vivienda, y aún la verdad no sale a relucir.

Desde el viernes 7 de febrero, los vecinos de esa comunidad del municipio Gómez, comentan sobre la forma en que el Cuerpo de Investigaciones, Científicas, Penales y Criminalístas (Cicpc), hallaron a los jóvenes sepultados y calcinados en el patio de la casa donde residía, Alixsaro Eduardo Piñango Rivas de 35 años; y especulan sobre cómo cometieron estos asesinatos.

Algunos, más arriesgados, se han acercado hasta el patio de la casa de Piñango para espiar el trabajo realizado por el Cicpc. Hasta este miércoles, una comisión de este cuerpo de investigaciones estuvo en la casa con palas y equipos para cavar. La comunidad presumen que continuarán con las excavaciones para descubrir si existen otros cuerpos en la propiedad.

A pocos metros de la casa, siguiendo un camino entre la maleza y a un lado de viejo gallinero, fue cavado un hueco de grandes dimensiones, donde estaban los dos cuerpos y la osamenta. A un lado de esta tumba todavía se encuentran, entre la vegetación restos de ropa chamuscada por las llamas, que pudieron ser de las víctimas, y una lámina ahumada de acerolit, con la que supuestamente habrían cubierto la tumba.

Para muchos la historia es increíble. Los buenos recuerdos de Piñango los hacen dudar de que él haya sido el culpable de este atroz crimen. "Solo Dios sabe lo que ocurrió en esa casa", exclamó aún sorprendida Nancy Guerra, quien a diario veía como Piñango salía para su trabajo, en un hotel de la zona, y regresaba muy tarde en la noche.

Guerra sólo tiene buenas experiencias que contar de Piñango, pues según relató siempre fue un buen vecino y cooperó con quien lo necesitó.

Pero para las autoridades del Cicpc, Piñango Rivas de 35 años, Ricardo Alberto Marchan Barrero de 25 años, y un adolescente de 17 años; están involucrados en los homicidios de Alberto José Rivera Rojas, de 21 años, Israel Martínez, de 34 años, y una tercera persona que no ha sido identificada, ya que sólo se encontró la osamenta.

Los detalles de la investigación no han salido del Cicpc. Las autoridades se mantienen herméticas sobres este caso y los familiares están en busca de justicia.

Atentos

Amigos de Alberto Rivera (21), se acercaron hasta el Sol de Margarita para recordar a las autoridades competentes, que aunque la madre del fallecido se trasladó hasta el estado Mérida para sepultar a su hijo, ellos seguirán el caso para que se haga justicia y se castiguen a los responsables del asesinato.

Carlos García, Luis Rodríguez, Romina Villalba, Laura Colmenares, Jesús Gómez, Ceiguelig Ynojosa y Mari Velásquez se encuentran impactados por el asesinato de su amigo y compañero de trabajo. Alberto Rivera fue recordado por este grupo de jóvenes como un muchacho lleno de vida, simpático, humilde y con una sonrisa para todo el que se acercara a él.

Los jóvenes manifestaron que a la víctima nunca le gusto la casa de Piñango, y que según lo que les contaba se sentía incomodo, pero en vista de que en el hotel donde trabajaba ya no alojaban a los empleados, tuvo que alquilar una habitación. La última vez que lo vieron con vida les dijo que iría por la mañana a Porlamar para buscar una habitación más cómoda.