La perrita Sugarplum. / Foto: AP

1 Ene, 2014 | Los Ángeles.- Sugarplum acudió a un salón de cuidado de mascotas con un pelaje rojizo y rubio, y salió con orejas rosas y verdes, una cola de arco iris y un lazo.

“Parece un pequeño unicornio'', comentó Sasha Sinnott, una abogada de Pasadena que estaba encantada con el aspecto de su perro.

Para algunos propietarios de perros, un simple baño y un peinado no son suficientes. Pagan a los cuidadores para que transformen el pelaje en el lienzo de un artista, donde destellos de tiza y pintura transforman a las mascotas en bolas peludas de fantasía que generan a su vez cumplidos y miradas extrañas. Por otros 10 a 15 minutos adicionales de cuidados profesionales, el perro ordinario puede recibir un toque altamente llamativo con un tatuaje temporal pintado, una cresta de estilo mohicano, plumas de adorno o joyería encolada.

Existen además los “peluqueros extremos'' que transforman sus propias mascotas en barrocas creaciones como zombis, flores e incluso paisajes selváticos completos, transformaciones que pueden demorar meses a medida que crece el pelo, aplican la pintura, trenzan o extienden el pelaje y esculpen las siluetas.

Pero, hay límites para esas transformaciones, que florecen en una industria no regulada que puede arriesgar el bienestar de las mascotas. Los especialistas consideran que los productos no deben ser tóxicos y no deben causar dolor _ lo que excluye las perforaciones o los tatuajes verdaderos_. Si los perros disfrutan con el lavado y peinado, no les debería importar los cuidados extras, agregaron los especialistas, aunque un veterinario advirtió que "es algo que yo no haría''.