9 May, 2024 | Indudablemente la restauración de la Democracia no fue nada fácil, sin embargo el Presidente Rómulo Betancourt comprendió desde un principio, el rol que tenía que jugar en ese mar de turbulencia que le toco vivir, pudiendo así lograr estabilizar la embarcación y llevarla al sistema Democrático.
Claro que conto con un equipo de hombres que le dieron la talla para poder lograr los objetivos que quería alcanzar.
Nuestra Democracia vino acompañada de una gran esperanza colectiva y la creación de un régimen político de alta calidad ética.
Esto significo por parte de los dirigentes políticos y los funcionarios públicos una convicción, una voluntad de servicio y una disposición de honestidad, que caracterizó esos primeros años de la Democracia Puntofijista. Todos estos elementos, como se comprenderá, hicieron pareja con otro al que ya hicimos alusión, cual es, el prestigio y la calidad del liderazgo al que correspondió armar y adelantar la implantación de la Democracia Puntofijista.
Por supuesto que debemos analizar lo ya planteado en los artículos anteriores, la lucha armada, fenómeno este que perjudico a nuestro país y a nuestra Universidad Central de Venezuela, ya que esta se convirtió en un verdadero bastión de la izquierda marxista venezolana, amparada en ello por el principio cuasi- sagrado de la autonomía universitaria. En definitiva, el encantamiento que nos envolvió a la juventud de esa época, perjudico profundamente a este sagrado recinto universitario y a su autonomía.
Pero el Gobierno de Rómulo Betancourt no se detuvo y puso en marcha la realización de un programa democrático, dentro de las reglas de maximización y minimización ya mencionadas y en el año de 1961 se aprueba la Ley de Reforma Agraria, la cual se aplica con el cuidado que aquellas reglas implicaban, es decir de una manera que no crease conflictos importantes con los propietarios de las tierras, bien sea porque se le pagaba por ella precios satisfactorios o bien sea porque para el reparto de tierras se utilizaban extensiones que eran propiedad del estado.
Le prestó a la educación pública una gran importancia dando un salto importantísimo, en cuanto al número de alumnos, el número de maestros y el número de planteles en todos los niveles educativos.
En cuanto a la industrialización por sustitución, este avanzo a un ritmo moderado y constante, protegido por altos aranceles e incluso por prohibiciones absolutas de importación de bienes producidos en el país, subsidiándolos con créditos otorgados en condiciones muy favorables, todo lo cual correspondía a la habitual práctica proteccionista de esa estrategia de desarrollo. La Corporación Venezolana de Fomento era el canal para que fluyeran los créditos al sector industrial, mientras que el Banco Agrícola y Pecuario cumplía la misma función en el sector agrícola. Algo muy importante que considero oportuno destacar, se trata del subsidio a los industriales, implícito en dólar sobrevaluado, lo cual abarato el costo de las maquinarias y otros bienes necesarios para la instalación de fábricas. Este dólar barato fue posible por la venta del petróleo que le producía al país un ingreso abundante de dólares lo cual, según estableció con solidez la ciencia económica, logro que el dólar disminuyera su precio.
En cuanto al sistema de nuestras industrias básicas propiedad del estado, también se adelanto con la práctica de políticas públicas que dieron lugar a grandes complejos industriales en el país.
Como podrá haberse dado cuenta, nuestro país se enrumbaba, a través de la implantación de nuestro sistema democrático, hacia un país lleno de expectativas para un futuro prometedor para todos los que vivíamos en esos años históricos llenos de un gran optimismo y aun con nuestros problemas, el país avanzaba.
Hasta el próximo articulo continuando esta serie de gobiernos democráticos.