Los campesinos tienen poca producción por la falta de agua para regar las matas. / Foto: JOSELIN CHACON - @jnaymarch

20 Ene, 2020 | Los agricultores del asentamiento de campesinos El Coco en el municipio Antolín del Campo siguen con problemas para producir las tierras por falta del vital líquido. Cuentan que hasta la fecha no han visto una verdadera preocupación por parte del gobierno para atender la necesidad del agua en la zona.

No reciben agua por tubería desde hace años y la planta de tratamiento de Aricagua que surtía a los terrenos agrícolas a través de la microaspersión y el riego por goteo, dejó de funcionar por problemas en el mantenimiento ya que no garantizaba la calidad de sus aguas para riego.

Se ven en la necesidad de sacar dólares de donde no los tienen para pagar una cisterna y así poder abastecer los tanques en el terreno para regar las plantas. Relatan que se sienten estafados por los camioneros pero no les queda de otra. Dicen que sin agua no hay vida.

El antolinense Máximo Virgilio Rojas es uno de estos hombres que han dedicado sus vidas a labrar las tierras en la zona, cuenta que recientemente perdió más de 1.500 palos de yuca que se le secaron por no tener agua en su conuco.

Lidio Rodríguez, “Aquí en El Coco uno no puede sembrar como antes”. / Foto: JOSELIN CHACON - @jnaymarch

Con mucho esfuerzo trata de salvar una pequeña siembra de yuca, auyama y aguacate. “Yo era feliz con agua porque regaba mis matas sin ningún problema, ahora tengo que rendir la poca que compro y rogar que llueva para que no se me sequen y el terreno se mantenga fresco”, comentó Rojas. Igual ocurre con el agricultor Lidio Rodríguez, quien trata de rendir la poca agua que saca de un pequeño pozo cercano a sus tierras. “Aquí en El Coco uno no puede sembrar como antes por el tema del agua. El campesino se tiene que limitar y sembrar pocas cantidades de mata”, contó.

Él siente mucha tristeza por esta situación y lamenta que se le esté secando la siembra de patilla en su conuco. Le queda el cultivo de berenjena, auyama, chaco y plátano. Los pocos frutos que recoge los vende directamente a una persona que se encarga de la distribución en el mercado.

Los ingresos que perciben por la venta de los rubros no les alcanzan para hacer inversión en insumos y materiales para trabajar. Se las ingenian para atender cualquier ataque de plagas en los terrenos y limpian el monte a fuerza de azadón y machete como en los tiempos de sus ancestros.

Además están obligados a tener sus propios bancos de semillas para garantizar las especies agrícolas. “No podemos tapar el sol con un dedo, nosotros los agricultores no conseguimos alimentos para las matas y demás materiales agrícolas. El agricultor no puede darse el lujo de comprar semillas porque todo es carísimo”, señaló Máximo Virgilio Rojas.

Los cultivadores invitaron a las autoridades del estado a que los visiten y constaten la realidad que viven en los terrenos. Solicitaron que atiendan de una vez por todo el tema del agua en el sector El Coco y que no los ignoren si de verdad sienten preocupación por los agricultores neoespartanos.