La ulva, a la derecha y la Porphyra a la izquierda, son dos algas comestibles. / Foto: OLYANA MARCANO-@olymarcano

20 Ago, 2019 | En el estado Nueva Esparta existen experiencias en el uso de las algas como recurso comercial.

Una de las principales la tiene la profesora Milagro Daza, quien ha desarrollado una chicha nutricional a base de algas y por otro lado, una línea de productos cosméticos bajo el nombre de Bio Marina.

“Las algas tienen un potencial enorme y en el estado llevamos varios años con la Universidad La Salle, trabajando en su estudio, conservación y aprovechamiento. Hay incluso una experiencia interesante de granjas de cultivo en las islas de Cubagua y Coche”, asegura la investigadora, quien además de bióloga es ficóloga.

Nelly Rojas es masoterapeuta y emplea para sus terapias, solo productos a base de algas. “Ninguno de mis clientes han desarrollado alergias y lo más importante, es que son productos naturales con beneficios comprobados”.

Margarita está rodeada de campos de algas, pero no todas son aptas para el consumo bien por sus propiedades como por la zona donde se recogen. Existe un emprendimiento que elabora abono orgánico y aunque todavía no se ha comercializado ofrecerán opciones solo hechas acá.

Dependiendo de la especie se puede comer directamente como la ulva y la Porphyra.
Procesada ofrece extractos de: sales, colágeno y esencias.

Puede usarse en lociones, tónicos y cremas para nutrir la piel o combatir algún desorden dérmico.

Hay variedades con las que se fabrica papel ya que aportan una novedosa fuente de celulosa. Muchos de los emprendimientos están en fase experimental.