24 Jun, 2019 | Maduro, dándose golpes de pecho, junto a su ministro de Información y el fiscal general, clama por la rápida aplicación de todo el peso de la ley para quienes, según las pruebas a la fecha por el gobierno presentadas, presuntamente son ladrones, corruptos y apátridas, refiriéndose a Juan Guaidó y algunos miembros de su comando, acusados de mal manejo de los recursos que estarían dirigidos al financiamiento de la asistencia a los militares que desertaron del ejército chavista y están asilados en Cúcuta.

Sostiene Maduro que lo ocurrido evidencia que el liderazgo opositor, concretamente el que rodea al presidente de la Asamblea Nacional e interino del país, está incurso en lo que calificó como el operativo de corrupción más gigantesco que en Venezuela se haya cometido en lo que va de su historia. Aquí una mayoría de analistas pudieran decir que Maduro está de plano equivocado o a propósito olvida a los Alí Babá de su gobierno, unos presos, otros investigados, que en los años de revolución que se ya se llevan asaltaron el tesoro público a saco en mano y tambor batiente.

Y afirmando como ciertas las pruebas que al parecer recabaron organismos de seguridad colombianos, que involucrarían a dos de los allegados a Guaidó, más las que mostrara el siquiatra Rodríguez, Maduro publicita que la culpabilidad en este caso es asunto cierto, serio y merecedor de todo castigo.

Hasta allí un resumen de la parte oficialista. Por la opositora, el comunicado que al respecto han dado a conocer, expresa lo siguiente;

“El Despacho de la Presidencia asegura que ante la denuncia publicada en un artículo, el presidente encargado Juan Guaidó ha solicitado “la colaboración a las autoridades colombianas para la realización de una investigación imparcial que permita esclarecer estos señalamientos y tomar las medidas que sean necesarias. Transparencia ante todo”, señala el texto. ”La Presidencia interina reitera que “todos los fondos de ayuda humanitaria han sido manejados y ejecutados directamente por las propias agencias multilaterales o por ONG especializadas en la materia”, por lo que solicitarán al Gobierno de Colombia, la OEA, Acnur, organizadores del concierto Venezuela Aid Live y otras organizaciones una comunicación que permita certificar lo que han señalado”.

En el comunicado se advierte que “nuestro país hoy sufre las consecuencias de un modelo fracasado, que ha tenido a la corrupción como uno de sus pilares para enriquecerse a costa del empobrecimiento de los venezolanos. Como Gobierno, estamos comprometidos a cambiar esta triste realida. Por eso, estamos solicitando una investigación exhaustiva e imparcial de parte de las autoridades de nuestra hermana nación. Garantizamos al pueblo venezolano que daremos respuesta a esta investigación y continuaremos la lucha por mejorar la realidad de nuestro pueblo y por alcanzar el cese de la usurpación para lograr un país de progreso y bienestar para todos. Transparencia ante todo”, finaliza el comunicado

No es que se esté a favor del oficialismo y en contra de la oposición. No. Sencillamente que la segunda tiene que salir a defenderse con argumentos sólidos, probatorios de su verdad, que nieguen lo que la primera les endilga, derribando, con verdades muy concretas, una por una, todas las acusaciones que desde Miraflores se les adjunta.

Es justo, necesario que lo hagan, y rápido. Tardar podría perjudicarles mucho más de lo que Maduro y el oficialismo quieren. La opinión pública, volátil siempre, pero cruel cuando se lo propone, espera respuestas convincentes, aclaratorias, probatorias.

Guaidó debe saberlo. Está obligado, igual que los de su entorno, dentro y fuera del país, a exponer, públicamente, con la debida claridad, capaz de resistir la investigación más exigente, cuál es la situación real de lo que Almagro, secretario general de la OEA denunciase; el presidente Duque, de Colombia ordenase investigar y Maduro aprovecha para demoler, quizás con la ayuda del mazo que esgrime contra todo lo que huela a democracia su rival interno, el inefable Diosdado.

Resulta imprescindible y urgente, llevar a cabo el esperado cometido. No puede dejársele al chavismo abierta esa puerta por donde está comenzando a ingresar los cañones con los cuales, es su intención, intentan destrozar lo que ellos aprecian el centro del poder opositor, con la figura de Guaidó al frente. Volverlo polvo cósmico es el objetivo. Porque lo saben firme, adueñándose de las calles día a día.

De allí que el líder democrático, al frente de la mayoritaria vanguardia que pide el cese de la usurpación, demanda elecciones libres y garantiza un gobierno de coalición, tiene que demostrar, del modo más fehaciente, que es absoluta y totalmente inocente.

Por tanto, las cuentas a presentar, que sean del todo claras, por favor. El país, su gente, el mundo entero y la democracia se lo sabrán agradecer.