Jesús "El Pollo" Bellorin, le dio marco teórico al galerón. / Foto: OLYANA MARCANO @olymarcano

7 May, 2019 | Se le considera el maestro de la cuadratura semántica de la décima. El creador que le dio marco teórico al galerón. Ese es Jesús Bellorín, conocido popularmente como “El Pollo”, nacido en la población de El Salado, Antolín del Campo. Hoy Patrimonio Cultural Viviente del estado Nueva Esparta.

“Empecé cuando tenía 16 años y ahora tengo 65, aunque desde los 10 años tenía esa inquietud de escribir composiciones por cuenta propia. Era muy afecto al galerón y a la música margariteña en general. En la familia no había antecedentes de músicos, por eso es que muchos extrañaban que yo me hubiese dedicando a este arte”, comenta desde un salón de su casa con la brisa del Guayamurí como fiel testigo de la charla.

Además de ser uno de los mejores galeronistas insulares y de haber ganado cuatro festivales nacionales, todos le reconocen su labor como estudioso de esta expresión del folclor oriental.

“Me fui preocupando más que todo en la parte teórica de los cantos y desde allí empecé a hacer investigaciones y estudios bastantes profundos con respecto a la décima y, posteriormente, sobre la décima espinela. La espinela requiere una perfección mayor porque lleva una serie de elementos que no tiene una décima normal. Una perfección en cuanto a los versos, ya que deben ser octosílabos perfectos. Esto se refiere a que los versos tienen que ser con una medida exacta, donde se incluye la diéresis, la sinalefa, elementos propios de la poesía”.

Jesús Bellorín dice que la espinela requiere perfección / Foto: OLYANA MARCANO @olymarcano

Esta inquietud investigativa la ha plasmado en varias publicaciones. Sin embargo, una referencia obligada para conocer en profundidad el galerón es su obra: Guía didáctica para el aprendizaje y conocimiento del galerón y otros cantos tradicionales. Primera edición 2003 y segunda edición 2006.

“Fui uno de los que trabajó durante muchos años para ir acercándonos a la improvisación desde el punto de vista perfeccionado de la décima espinela. Fui uno de los impulsores, modestia aparte, de que ya no se cantara en los tradicionales Velorios de Cruz una décima solo por cantarse, sino que la gente supiera que eso tenía una estructura fija y que había muchos elementos que convergían”, relata.

Comenta que eso llevó a que existieran muchas personas reacias al cambio. “Antes se pensaba que era un canto de viejos, e incluso de analfabetas, pero no se conocía el trasfondo real que escondía el galerón, lo que es improvisar dentro de la estructura fija y la metodología de la décima espinela”, prosigue en su explicación Bellorín, quien es licenciado en sociología y en educación.

Para “El Pollo” que Nueva Esparta haya “parido” tan buenos galeronistas es cosa de Dios.

Otro de sus valiosos aportes a la música insular ha sido su dedicación para transmitir sus conocimientos a las nuevas generaciones con el propósito de que sean multiplicadores de la identidad neoespartana. La producción musical ‘Un canto a la Virgen’, que reunió a más de 60 niños y a varias agrupaciones musicales, es un hermoso logro de ese trabajo de formación académica y una manera de perpetuar los cantos tradicionales.

Recuerda que “a fuerza de palo y agua fría se aguantaban las largas tandas de galerón que duraban desde las 8 de la noche hasta las 7 de la mañana del día siguiente”.

En definitiva, si se quiere saber en profundidad del galerón, necesariamente, hay que acudir al trabajo realizado por “El Pollo” Bellorín. Asegura que ha visto en internet conceptos sobre este tema que nada tienen que ver con la realidad.