18 Feb, 2018 | Alguien dijo que los celos son el propio infierno en la tierra.

Otro dijo que las comparaciones son el cáncer de la humanidad.

¿Qué son los celos y por qué destruyen tanto?

La madre de los celos son las comparaciones, y hemos sido enseñados a compararnos, a comparar siempre.

Ejemplos: Mi hijo es el mejor de su clase. Mi carro es más bonito que el de Juan. Mi ropa es la de mejor calidad.

Nos comparamos inconscientemente con todo los que nos rodea y el resultado son los celos.

Pon atención: si dejas de comparar los celos desaparecen, entonces conoces que tú eres tú y nadie más y que tampoco es necesario ser alguien más, simplemente te aceptas, y al aceptarte cesan las comparaciones.

Si adviertes, solo nos comparamos con otras personas, no con la flora ni la fauna, jamás te comparas con un árbol o un toro, el condicionamiento es solo con humanos. Cuando dices "el jardín de mi vecina luce más bonito que el mío", en realidad no estás comparando los jardines, te estás comparando con tu vecina.

Las comparaciones son actitudes estúpidas, porque cada humano es único e irrepetible; la naturaleza solo produce originales, no copias.

Todo el mundo se está comparando y todo el mundo está celoso de todo el mundo y a partir de allí creamos un infierno y debido a esos celos nos volvemos mezquinos. Esa mezquindad se manifiesta en que si todos están mal, todo está bien para mí, y si todos son exitosos, el sabor es muy amargo.

Al compararnos solo comparamos el exterior. Puedes tener celos del carro de tu vecino pero no de su espiritualidad, su espiritualidad puedes sentirla pero no verla. Al meditar, tus celos, tu sentido de posesión comienza a disminuir, lo digo por mi propia experiencia.

Las comparaciones solo son externas, por eso todo el mundo está muy atento a su aspecto externo, son piezas que se exhiben, pero las apariencias engañan.

En resumen, para superar los celos, no compararte y meditar.