21 Oct, 2017 | En la actualidad el mundo está patas arriba. Nosotros somos energía y así como estemos vibrando, nuestra Madre Tierra del mismo modo lo siente. Por ello, la misma naturaleza lo siente y lo reclama de la única forma que ella lo sabe hacer: con tormentas, lluvias, huracanes… y es aquí cuando el ser humano se ve indefenso, surgen los miedos y comenzamos a rezar porque no sucedan más desastres naturales. Ni siquiera nos importa, en ese momento, los bienes materiales, porque pasan a un segundo plano.

Para ese momento, nos damos cuenta de que aquí todos somos uno y prestamos ayuda humanitaria. Cuidamos que no se deterioren los árboles, y hasta limpiamos la ciudad de los escombros. Pero al cabo de unos días, al salir de ese estado de emergencia, la naturaleza vuelve a tomar su cauce y los seres humanos retornamos a nuestra cotidianidad y cada quien busca su propio beneficio. El apego a lo material vuelve automáticamente, pasando a ser prioridad en nuestras vidas y nos volvemos más egoístas. Pensamos en cumplir nuestros sueños de regresar a la normalidad, a lo que fue antes de todo el desastre natural.

Si miramos desde un punto de vista biológico, la Madre Tierra no es mala, para los ojos de nosotros son desastres, pero para ella es una manera de limpiar y hablarnos, reflejándonos cómo estamos vibrando. Por ello, es hora de que hablemos menos "blablablá" y actuemos más; sembremos la semilla del amor, esperanza, paciencia, unión, porque lo que siembras cosechas. ¿Cómo podemos mejorar nuestra vibración colectiva?Siendo y convirtiéndonos nosotros en el ejemplo que queremos ver en el otro, hablando desde el corazón y no con una mente racional y egoísta, donde el ego cobra su poder, donde todos quieren tener la razón y no escuchamos. Incluso, el ambiente natural que te rodea también es parte de tu tranquilidad. Cuidarlo ayuda al equilibrio entre tu cuerpo y mente, y además en la relación con las demás personas.

Los procesos son como filtros que te impiden pasar de año o semestre en los estudios. Mientras no te prepares y veas dónde están tus debilidades, y no los estudies, integres y practiques, seguirás repitiéndola, y por ende, no podrás avanzar de año. Así mismo pasa en nuestras fases, nos anclamos en errores y la idea es no repetirlos, es avanzar y recapacitar qué se hizo mal.

Toma conciencia vivencial, es decir, observa cómo te comportas con los demás cada día, cómo te diriges a tus compañeros, con las personas en la calle, hasta con la naturaleza. Evita botar basura o contaminar con alguna sustancia el lugar donde trabajas: colillas de cigarrillos, botellas plásticas o algún otro desperdicio que no colabore con el ambiente. Todo lo que das también lo recibes. La idea es vivir en armonía en un lugar saludable y seguro para los niños que están creciendo y los que están por venir. Si ayudas a la naturaleza, ella te ayudará.

¡Tú ya puedes lograrlo!