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Una lección democrática Lo que acaba de ocurrir en nuestra Patria este 15-0 es la antítesis de un régimen dictatorial. Que más de 11 millones de venezolanos hayamos salido a votar para elegir a nuestras gobernadoras y gobernadores es la más clara y contundente demostración que en Venezuela impera un sistema de gobierno democrático, participativo, protagónico y corresponsable en el marco de un Estado Social de Derecho y de Justicia que ya quisieran para sí muchos pueblos del mundo. Félix Roque Rivero canaimaprofundo@hotmail.com
19 Oct, 2017 | Existen “dictaduras” extrañas, la de Nicolás Maduro parece ser una de ellas. Para los poderosos medios de comunicación internacionales y sus aliados en Venezuela, en nuestro país existe un sistema de gobierno en el que una persona, o un pequeño grupo de personas, tienen autoridad completa sobre las vidas y personas de todas las demás. Para ellos, en Venezuela, los derechos políticos, entre ellos la libertad de pensamiento, de prensa, de reunión y el derecho de petición no existen o están coartados severamente y el pueblo está castrado en sus derechos. Pareciera que los que así piensen, no han superado las dictaduras de Juan Vicente Gómez, de Marcos Pérez Jiménez, de Pinochet, Somoza o del Generalísimo Francisco Franco por la gracia de Dios. Lo que acaba de ocurrir en nuestra Patria este 15-0 es la antítesis de un régimen dictatorial. Que más de once millones de venezolanos hayamos salido a votar para elegir a nuestras gobernadoras y gobernadores es la más clara y contundente demostración que en Venezuela impera un sistema de gobierno democrático, participativo, protagónico y corresponsable en el marco de un Estado Social de Derecho y de Justicia que ya quisieran para sí muchos pueblos del mundo. Con una participación que supera el 61% del padrón electoral, las fuerzas del chavismo obtuvieron 18 gobernaciones y la derecha 5, inequívoca manifestación pacífica y cívica de quienes, ejerciendo libremente su derecho a elegir, ratificaron una vez más que la soberanía reside en el pueblo. Así, el chavismo y las fuerzas del GPP logran el 78% de las gobernaciones y cerca del 55% del electorado nacional. Con estos resultados, la derecha debe reconocer ante sus seguidores que no es verdad que ellos tienen la mayoría; que sus fuerzas han mermado por los graves errores que han cometido; que el camino del odio, de la destrucción y la muerte ha sido rechazado contundentemente por el pueblo; que la paz es un anhelo colectivo; que el ejercicio pleno de los derechos políticos de los ciudadanos evidencia que aquí no existe ninguna “dictadura madurista”; que pese a todo, el pueblo desea vivir con dignidad. La derecha apatrida e internacional debe aceptar que este 15-0 el pueblo noble de Venezuela les propinó una ejemplar derrota. El chavismo y las fuerzas todas de la Revolución deben aceptar esta gran victoria con humildad, asumiendo que la generosidad del pueblo tiene límites; que se perdieron unos estados muy importantes; que espera de nuestro Gobierno respuestas certeras a la grave crisis económica: inflación, especulación, desabastecimiento, corrupción, inseguridad, bachaquerismo, burocracia, ineficiencia, incapacidad. El pueblo ha vuelto a confiar en el legado del comandante Chávez, ha demostrado un alto nivel de conciencia y nos ha dicho a todos que quiere una verdadera democracia revolucionaria, donde impere la paz y el bienestar colectivo. Lecciones de vida.
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