20 Jul, 2017 | Si no fuera por este montón de libros yo no sirviera para nada, porque estos libros que ustedes ven aquí, para mí, son como la lluvia. Si llueve estoy leyendo y aprendiendo y si aprendo, me salvo de una retahíla de vainas, que ya viejo me sería imposible resolver; porque leer con seriedad y respeto es la más fructífera cosecha que toda persona no debe despreciar, adoptar si es posible, como a un niño, que se necesit.! Un lápiz, un cuaderno y un libro son como el desayuno, el almuerzo y la cena… ¡Si ustedes leen con gusto y moderación, se salvan y hacen una familia que es lo máximo de la vida. Una familia que sirva… ¿Qué ustedes necesitan hacer un trabajo para la escuela acerca de Porlamar? No, hijos, no… Como se llama es Pueblo de la Mar; que yo sepa, en ninguna parte dice: “Yo te fundo Ciudad de Porlamar”.

Miren… No había nadie por aquí y esto era una playa muy bella. Un bohío marino de playa virgen y soberana. Tierras, solares, árboles de pájaros de todos colores de la tarde tropical, con cantíos de sinfonías que nadie podía crear en este desordenado y violento mundo de hoy. Tunas, cardones y yaques. Pájaros marinos, alcatraces, tijeretas y turrilos y había una famosa Laguna con su Playa del Morro con garzones rojos, palancas y cucharones, así les decían y todo eso estaba desprevenido, porque teníamos un guardián.

¡El Morro del Pueblo de La Mar! Ahí, como un gendarme lo cuidaba todo y, se aparecieron los Indios Guaiqueríes… Esos, hijos queridos, todo eso desapareció, ¡Y, que en paz descansen, como decimos; Q.E.P.D!...Llegaron los piratas, pillos, corsarios y despiadados filibusteros. Se dice que el primero que llegó fue El Tirano Aguirre ¡Ave María Purísima! Con decirles… Las orillas de nuestras playas eran de perlas con pinceladas doradas, de azulitos y rojos como del ocaso, ¿y las tierras del Pueblo de La Mar? ¡Como para sembrar la vida con todos sus atributos y riquezas, pero llegaron todos estos depredadores y la convirtieron en Porlamar!...
¿Azul?