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26 de abril de 2024





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Monseñor Fernando Castro Aguayo: Necesitamos un gran compromiso por la paz
El obispo de Margarita manifestó su convicción acerca de la necesidad del diálogo, pero no para tener imposiciones ideológicas, sino para tratar las causas más profundas. No hace falta reformar la Constitución, sino cumplirla.
Marcos Tineo M. | tineo.marcos@gmail.com

Foto: JONATHAN BENÍTEZ

“Si las autoridades, si los cuerpos de seguridad, si en una familia, en un trabajo, en un gremio, hay violencia del género que sea, sencillamente no tiene justificación. El que usa la violencia es porque no tiene razón”. / Foto: JONATHAN BENÍTEZ

18 Jun, 2017 | “Yo tengo que ser un factor de unidad y la concordia no es un cuadro guindado en la pared que ya se consiguió. Siempre es una meta por alcanzar porque es una bendición de Dios, la alcanzo y la sigo”.

Así lo manifestó el obispo de la Diócesis de Margarita, monseñor Fernando Castro Aguayo, durante su participación en el programa "Mar de Fondo", que semanalmente se trasmite a través del la plataforma digital del Sol de Margarita.

Monseñor Castro Aguayo es consciente de que su convocatoria a una peregrinación por la paz, efectuada este sábado, le ha granjeado algunas críticas de parte de voceros del oficialismo y admite que eso le duele, pero no se siente “enemigo de nadie”.

“Esta es una actitud siempre de conciliación y convocatoria. Esto es una muestra, cuando estoy convocando a un encuentro de oración y súplica a Dios, estoy consciente que a más de uno puede no gustarle, pero lo que sí está claro y nadie puede dudar es la buena voluntad que nos mueve a mí y a todos los sacerdotes de Margarita porque no es una cuestión mía solamente, éste es el clamor de muchísima gente que ha pedido acciones de esta naturaleza”.

¿Diálogo posible?

Consultado sobre la necesidad de dialogar para buscar salidas a las crisis venezolana, el prelado dijo que no se debe descartar la posibilidad de que se pueda dar, pero las bases para esa conversación deben estar muy claras; además de que esa acción no tiene por que inhibir el anhelo de tanta gente y sus convicciones por alcanzar un clima de libertad.

“El problema es que a la gente no se le puede burlar con promesas. Si cuando a ti te llega una persona y te dice que hace mes y medio pagó una bolsa del CLAP y no le ha llegado, por supuesto que eso le duele. Yo lo que deseo es que el trabajo de CLAP funcione porque eso es un bien para la gente. Yo no estoy en contra de eso, todo lo contrario, pero a la gente no se le puede engañar”.

Al respecto, insistió en que cualquier diálogo requiere una gran claridad y unas condiciones muy claras de libertad, de respeto, de saber que lo que se promete hay que cumplirlo.

“Si vamos a dialogar, vamos a hacerlo en las causas más profundas, pero nunca para que haya una imposición ideológica. Yo creo en un solo Dios y que Dios ha creado al hombre para que trabaje. La peregrinación por la paz fue para pedirle a Dios que nos ilumine para que podamos transitar nuestros caminos en estas convicciones, sabiendo que éste es nuestro mundo y tenemos que seguir trabajando en eso constantemente”.

La situación de crisis y desesperanza puede llevar a la gente a reclamarle a Dios por su desgracia o, al contrario, apegarse más a la fe y pedir mayor ventura. ¿Como lidiar con esto?

-Ni lo uno ni lo otro. Dios puede poner su dedo en la historia del hombre y ocasionar grandes cambios. Puede cambiar a un pecador en un hombre santo y de virtud, pero esos no son los caminos ordinarios. Los caminos ordinarios son "ayúdate que Dios te ayudará". Dios no le va a faltar a Venezuela, pero Dios cuenta con los venezolanos.

Nos va a seguir ayudando, pero cuenta con las personas que estamos constituidas en autoridad, porque las autoridades puedan ser un elemento de servicio y de creación de condiciones para el desarrollo social.

Desafíos

El pastor de la Iglesia insular enfatizó que los tiempos que se viven reclaman la superación de lo que llamó cuatro grandes desafíos.

“Uno es este proceso constituyente que en un momento se dice como una amenaza, se trasmite como una amenaza desde los medios de comunicación, eso no puede ser. En este momento eso no hace falta -en total coincidencia con la Conferencia Episcopal Venezolana-. Lo que tenemos que hacer es cumplir la Constitución, vivir la Constitución. Entonces necesitamos un gran compromiso por la paz y todo lo que la violente va a generar situaciones muy difíciles porque el resentimiento es muy difícil de dominar”.

Añade que lo segundo es que no se puede tapar el sol con un dedo, pues el que tiene hambre la tiene y lo conducente es establecer un compromiso de denuncia y de hacerse partícipe de las necesidades de los demás.

El tercer desafío es la solidaridad, virtud que en Margarita es proverbial, según destacó monseñor Castro, quien apuntó que el otro es la caridad y la oración.

“Así que estos cuatro compromisos: paz, saber que no podemos ocultar el sol con un dedo, solidaridad y caridad y oración son fundamentales. Si no, estaremos siendo cómplices y sería muy triste ser cómplices en situaciones que son inadmisibles”.




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