25 Mar, 2017 | Los adversarios de las ideas libertarias tienen muchas maneras de manifestarlas. Intentan jugar con las bases que fundamentan la tesis doctrinaria, a través de la mentira o manipulación. Aparecen en momentos situaciones de comprobado sabotaje con el propósito de generar distorsiones que desaten actos de indisciplina, que terminan por restarle méritos a la idea y los hombres, que desde una perspectiva constructiva dibujan un proceso transformador, que sitúa por delante una configuración de bienestar colectivo, de alcance transgeneracional; de eso se trata la práctica socialista, se debe construir una experiencia constante y sistemática de los procesos de formación, el día a día político se comporta como un laboratorio de constante observación, donde los experimento que allí se desarrollan reaccionan de forma volátil y desatan consecuencias en áreas vinculadas con el hacer humano como lo social, económico, seguridad, alimentación, entre otros.

Cuando la discusión se da en el marco del respeto sin anteponer ventajismos nacionales o supranacionales, es cuando podemos señalar que se está en una verdadera democracia. Las contradicciones se vuelven recurrentes y los aliados muchos, la revolución bolivariana encuentra a sus aliados en el pueblo humilde, ese pueblo que se niega a erradicar su capacidad de sueños y anhelos de una vida feliz, ponderando de manera significativa la creencia transformadora y batallando en un campo minado por la deshonra de actores que dicen querer a la patria. Pero en sus actos vemos comportamientos distintos que tributan a la desesperanza, estos mismos que son capaces de conspirar de manera cobarde para una intervención armada en nuestro suelo patrio.

La efímera oposición venezolana tiene sus aliados en algunos sectores de la economía y en voceros imperiales que permanentemente muestran los colmillos ante el pueblo venezolano en la búsqueda de un efecto intimidador de supremacía, los practicantes del declive económico y aduladores permanentes del imperio dejaron desde hace tiempo de ser venezolano, ¿cuál sería la satisfacción de ver bombardear cualquiera ciudad de nuestro país, en nombre de la libertad –eso no es lo que muestran sus actos bélicos en otras latitudes-?, ¿cuál sería nuestra taza de pérdida de niños y ancianos que marcan nuestro pasado y futuro?, ¿dará algún tipo de alegría ver matar a nuestro presente?, ¿cuánto durara el desastre post intervención? El destino de nuestro tesoro más preciado será la gran víctima, me refiero a nuestros recursos naturales y energéticos.

El pueblo venezolano tiene una referencia histórica emancipadora, siendo muchos de sus hijos e hijas soldados adscritos al batallón de la libertad, dispuestos a luchar por expulsar de nuestros suelos cualquier bota o pretensión extranjera de intervención. Es impostergable dar la discusión con respecto a las acciones entreguista y deshumanizada que danzan en la oposición, nuestros problemas y diferencias políticas se resuelven dentro de nuestro territorio, la oposición debe entender que así lo es. Unidos seremos invencibles y grandes como Bolívar.