Los puestos de artículos usados son para los margariteños una oportunidad para economizar.

26 Dic, 2016 | Muchos sectores de la isla de Margarita se encuentran ocupados por personas dedicadas a vender objetos usados a muy buen precio.

Cada vez es más común el ver a personas frente a sus casas o en pequeños establecimientos vendiendo sus bienes a precios solidarios. La mayoría se inicia en este negocio comercializando artículos de su propiedad, pero el inventario se ensancha cuando vecinos o clientes ofrecen sus bienes para ser vendidos en estos establecimientos.

Cada persona tiene razones diferentes para dedicarse a esto, pero la mayoría coincide en que este oficio puede generarle más ingresos que un salario mínimo.

En la isla de Margarita y en otras ciudades del país, el fenómeno de “el mercado de pulgas” o “corotero” como lo llaman localmente, ha tenido un auge bastante significativo. Actualmente esta actividad se propagó, las personas no se limitan a acudir a los mercados a vender, sino que también usan las fachadas o zonas aledañas a sus hogares y tarantines en algunas esquinas para ganarse el sustento a través de la venta de artículos usados.

Para los usuarios estas ventas económicas han sido la oportunidad perfecta para el mes de diciembre, resultan una alternativa para aquel que no posee la solvencia económica suficiente para adquirir productos nuevos y costosos.

Luis Yoel Guacarán, propietario de un local de artefactos de segunda mano, ubicado en la calle Jesús María Patiño en Porlamar, anteriormente se dedicaba al oficio de latonería y pintura de autos, pero debido al aumento de los materiales, recurrió a esta nueva modalidad de ventas, la cual aseguró que es rentable.

Guacarán, comentó que comercializa gran parte de su mercancía a consignación y le gana aproximadamente un 5%. Recibe cualquier tipo de objeto, pero busca siempre que estén en muy buen estado y que el precio no sea muy elevado. “La idea de este tipo de comercios es que la gente pueda comprar”, expresó.

Asimismo, Jennyffer Bastidas, propietaria de un comercio similar, aseguró que tiene clientes de todo tipo, personas que se acercan a comprar o a poner su ropa o zapatos en venta. “Ya no se trata de que sean personas de bajos recursos, estamos hablando de cualquier tipo de persona independientemente de su estatus económico, que llegan y apartan ropa, e inclusive lo cancelan en partes”, expresó.

Guacarán y Bastidas, al igual que muchos comerciantes dedicados a esta actividad, se encargan de ofrecer productos en buen estado y a precios accesibles. La mercancía que venden a consignación proviene de personas 100% confiables.