6 Dic, 2016 | El pueblo de un país saqueado y arruinado espera su recuperación. Es la triste realidad que vivimos. Otros no soportaron la desgracia y marcharon a nuevos destinos. Pero, la mayoría estamos aquí dispuestos a luchar por el cambio democrático, una ruta que ha demostrado su total vigencia y validez.

No voy a ser ingenuo para negar que hay un ambiente de incertidumbre sobre los resultados del Diálogo iniciado entre el gobierno y la Mesa de la Unidad Democrática (MUD). Hasta ahora se han efectuado dos reuniones: una en octubre, otra en noviembre y la tercera está pautada para el 6 de diciembre.

Se ha dicho hasta el cansancio que el gobierno logró dos objetivos: ganar tiempo y tratar de dividir a la oposición. La MUD no ha obtenido casi nada, solo la libertad de seis presos políticos, quedando más de 120 sometidos a esa cruel injusticia. Al gobierno le parece una victoria llegar “gateando” a 2017 y en medio de esta tragedia económica y social andan cantando aguinaldos y gaitas, burlándose de las penurias de la gente.

El incumplimiento del gobierno lo habían anunciado Ramos Allup y Ocariz. Si pretende continuar con su política, la MUD debe rediseñar su actual estrategia y señalar con toda claridad si asiste o no a la sesión del 6 de diciembre y explicar sus razones. Los mediadores, El Vaticano y los expresidentes Torrijos, Fernández y Zapatero tendrán que expresar su parecer al respecto.

Pero si bien es cierto que el gobierno ha incumplido, no menos cierto es que la MUD tampoco ha demostrado coherencia en relación con ese proceso, lo que -a mi juicio- ha contribuido a la conducta del oficialismo.

Es pertinente que la MUD logre unidad de criterio y de acción, que genere confianza y credibilidad y destierre cierta frustración ante sus ejecutorias. Si ello no se conquista, el gobierno seguirá utilizando las opiniones divergentes como un Caballo de Troya en esta difícil realidad. No es hora de planes particulares, sino de la unidad de los que aspiramos un cambio democrático, sin atajos y aventurerismos.

Así las cosas, es posible recomponer el diálogo, si hay voluntad del gobierno de buscar una salida honorable a la crisis en que han sumido al país, retomar la agenda parlamentaria y de calle y prepararnos para la elecciones regionales y de alcaldes, con un amplio frente de acción política y social de la MUD, gremios, sindicatos y la sociedad civil para alcanzar ese cambio.