Adulto que pedía comida en el centro de Porlamar. / Foto: JOSÉ RODRÍGUEZ

14 Oct, 2016 | Se ha vuelto una escena común ver a niños no pedir, sino exigir limosnas en las calles y negocios de comida más concurridos en el municipio Mariño. De acuerdo con trabajadores de este tipo de establecimientos, algunos niños insulares asisten a esos locales para mendigar alimento y dinero.

Mónica Tarazona, quien es vendedora del comercio Coffee Enjoy en el centro de Porlamar, señaló que estos pequeños acuden desde las seis de la mañana para requerir alguno de sus pastelitos. “Varios vienen de forma fija y uno les brinda algo porque, de lo contrario, se molestan y nos insultan”.

Comentarios similares fueron expresados por Freddy Gutiérrez, encargado de la panadería Mi Bella Andina, ubicada en la calle La Marina.

Según Gutiérrez, los niños en condición de indigencia hurgan en sus papeleras hasta revolver la basura que luego vierten en la vía pública.

“Un inspector de la salud me citó debido a que vio desperdicios tirados en las áreas adyacentes”, enfatizó.

Por otra parte, el sargento José Gregorio Rodríguez, efectivo adscrito al Comando de Zona N° 711 en la plaza Bolívar de Porlamar, explicó que como autoridad regional no poseen algún plan de seguridad para resguardar y atender a los menores de edad que estén en condición de indigencia.

El funcionario agregó que a lo sumo, ayudan a los representantes a buscar a pequeños extraviados en la jurisdicción porlamarense.

Miseria infantil

Padres que fallecen a temprana edad o que carecen de los recursos económicos suficientes son algunas de las razones que, según indicaron, motivan a estos niños a buscar la manera de sobrevivir por cuenta propia en la ciudad marinera.