26 Ago, 2016 | De mi tierra carupanera, cuando tenemos buen tiempo, se puede visualizar la isla de Margarita, se dibuja en el horizonte proponiéndonos acudir a sus encuentro. Son mucha las ofertas que nos ofrece, pero de toda éstas, sobresale una, la más grande y hermosa que pueda existir, me refiero a nuestra Patrona oriental: la Virgen del Valle. Son incontables las cantidades de promesas generadoras de flujos viajeros que cruzan el mar desde Carúpano por las rutas de Chacopata, Cumaná y Puerto La Cruz, dando fe de la prodigiosa gloria y bondad de la Virgen a través de sus milagros.

Para la madre de cualquier carupanero es costumbre mencionar a Dios y a la Virgen del Valle en sus bendiciones, contagiando esta costumbre y pasando de generación en generación. Ya se aproxima su fiesta, su tan anhelada celebración empiezan a correr los rumores por calles y avenidas de Carúpano, vamos para la Isla, el entusiasmo se manifiesta en la fe cristiana, generando organización de peregrinaciones marianas individual y colectivas hacia el espacio insular. Por otro lado, aparece en sectores de algunas comunidades carupaneras la organización espontánea de pequeñas celebraciones, que dejan de manifiesto su respeto, admiración y devoción hacia la Madre de nuestro Salvador y Protector Jesús Cristo.

Vaya pues que esta celebración y acto de fe conspire de manera sana y verdadera en el encuentro necesario que debemos guardar los venezolanos, teniendo por primicia el respeto del uno por el otro, a sus ideas y derecho al buen vivir. Dios te salve, Reina y Mmadre, que tus bendiciones sean derramadas en nuestro pueblo de Carúpano y del todo el pueblo de Venezuela. Dios bendiga a la isla de Margarita hoy, mañana y siempre.