En aproximadamente mes y medio inician la siembra de cebolla, ají margariteño y pimentón. / Foto: GÉNESIS VELÁSQUEZ

19 Jul, 2016 | Desde hace seis años Samuel Ruiz se dedica a la agricultura. Este hombre que se inició como comerciante de hortalizas, ahora también trabaja la tierra por el gusto de producir y generar alimentos.

En los 8.000 m2 de tierra, en Las Huertas de Agua de Vaca de San Juan Bautista, se encuentran pocos árboles frutales como cambur, limón, plátano, aguacate, entre otros, pues la mayor parte de la extensión está bajo el cuidado de su ayudante para preparar la tierra a la espera de la próxima temporada para la siembra.

Ruiz, quien considera que el terreno en esta zona del municipio Díaz es muy fértil, está en pleno proceso de preparación del semillero para iniciar, en aproximadamente mes y medio, la siembra de cebolla, ají margariteño y pimentón.

OBSTÁCULO
Una de las trabas que encuentra este agricultor para el pleno trabajo de la tierra, es la falta de agua e insumos para cubrir el proceso de siembra, cuidado y cosecha. En su propiedad existe un pozo profundo, que según aclaró proviene del río San Juan, pero no
está operativo, por lo que solicitó al Ministerio de Agricultura y Tierra (MAT) el apoyo para reactivar ese pozo y así incrementar la producción.

Sin embargo, ese no es el único problema que identifica este agricultor y distribuidor del municipio Díaz, pues según manifestó en Agropatria los insumos no suelen llegar a quien realmente lo requiere; por lo que deben acudir a las cadenas privadas donde los costos son triplicados, incrementando el monto de la inversión para poder cumplir con todo el proceso agrícola.

PROCESAMIENTO
Ruiz no solo se dedica a la venta de hortalizas y el cultivo de la tierra, pues desde hace algún tiempo ocupa parte de su tiempo en el procesamiento de ajos, que quincenalmente le traen desde la población de Mucuchíes, en Mérida.

Según Ruiz quincenalmente recibe mil kilos de ajo, los cuales con apoyo de un equipo semi industrial, son pelados y empaquetados para su venta a algunos restaurantes de la entidad insular; además los ajos que son descartados por este equipo, son puestos al sol para su secado, limpieza, empaquetado y distribución a quienes se dedican a la elaboración de chorizos.