Pablo Antonio Millán es uno de los Ecoguardianes de la Cotorra. / Foto: YULIANNYS GONZÁLEZ

16 Jul, 2016 | La Organización Provita en la Isla de Margarita con sus expertos realiza actualmente rondas nocturnas y de madrugada por los nidos de las cotorras para evitar los saqueos por parte de personas inescrupulosas. Entre ascensos y descensos en montañas de la Península de Macanao, durante aproximadamente dos horas, se llega a la zona que es el hábitat natural de la cotorra margariteña. Se trata de la quebrada La Chica en el sector Comején.

Durante la travesía hay que alzar la mirada para observar entre la vegetación compuesta por cardones y otras especies xerófilas a las iguanas de verde brillante, a los turpiales, cardenalitos y los pajaritos de “cara sucia” que visten de vivos colores la de por sí árida zona.

El atractivo principal del recorrido es observar a la cotorra margariteña (Amazona barbadensis), un ave en amenaza de extinción que se encuentra bajo protección, con la vigilancia de la ONG Provita, Ecoguardianes, habitantes de la Península de Macanao y amparada legalmente con un decreto que la consagró como Ave Regional desde el 13 de agosto de 1990.

Después de varios meses de arduo trabajo en la preparación de lo que será la temporada de vuelo de la cotorra margariteña, en la ONG Provita se alistan para la liberación de los ejemplares.

Los niños pueden tener contacto con los pichones. / Foto: GÉNESIS VELÁSQUEZ

José Manuel Briceño Linares, coordinador regional de Provita y de la Cooperativa Ecoguardianes, explicó que esta especie emblemática de Nueva Esparta está apta para vivir en el bosque seco. Las principales amenazas son la captura de sus pichones para el comercio de mascotas y la destrucción de su hábitat de anidación y alimentación, por la extracción de arena para la industria de la construcción.

Briceño explicó que “Venezuela debería tener 10% de cada uno de sus ecosistemas protegidos para evitar que desaparezca” la fauna silvestre.

La cotorra es una especie monógama, que anida en cavidades secundarias en huecos de árboles principalmente en el palo sano, donde ponen de uno a cinco huevos, los cuales tardan aproximadamente seis días en eclosionar. Una vez que las pequeñas aves salen del huevo, deben pasar alrededor de 58 días antes de que emprendan vuelo.

En la actualidad, la cotorra margariteña, con cuatro poblaciones extintas a lo largo del estado, solo persiste en seis localidades ubicadas en toda la costa e islas de Venezuela. En este momento la población de estas aves sobrepasa los 2.000 ejemplares, lo que es bastante satisfactorio para la preservación de esta especie.

Estas aves tienen una época reproductiva que comienza entre febrero y marzo, con el acondicionamiento de los nidos, y termina a finales de julio y principios de agosto cuando los pichones alzan el vuelo.

Ciclo de reproducción

José Manuel Briceño recordó que el año pasado lograron el récord de liberar 97 cotorras, cifra que dobló el promedio histórico de aves incorporadas a la vida silvestre.

En el programa de conservación de esta ave se describen tres conceptos o clasificación:

Primera especie: Es la indicadora, son esas que pueden decir cuál es el estado de salud de los ecosistemas, en este caso sería un censo para saber cuántas cotorras hay en vida silvestre, si aumenta o disminuye se podría decir que el ecosistema está en buen o mal estado de salud.

Segunda especie: Las paraguas, son las que tienen un área de vivienda bien grande, un ejemplo es que la cotorra vive en un tercio de la Isla de Margarita; esto quiere decir que sí estamos conservando la cotorra de manera efectiva. Pero también se están atesorando otras especies que lo son el mapurite, el cunaguaro y árboles como el palo sano y la cuica.

Tercera especie: La bandera, porque son el ícono de nuestra entidad, por lo cual la población se sensibiliza con nuestra la cotorra, y se convierte en una excusa para conservar la biodiversidad del estado Nueva Esparta.

El recorrido con los niños es mucho más corto para que disfruten del paisaje. / Foto: GÉNESIS VELÁSQUEZ

Briceño Linares espera “que en el imaginario colectivo la gente sintiera que la cotorra es un margariteño más”. Es la única especie en el género “Amazonas Barbadensis” (Su nombre científico). Es vegetariana ya que se alimenta de frutas y semillas.

Para conocer más sobre la vida de las cotorras en su ambiente natural, con la guía de Provita y Ecoguardianes, se pueden hacer dos tipos de paseos por el lugar, en el cual se recomienda llevar ropa cómoda y ligera, así como bastante hidratación para el camino.

El paseo más corto es para ir con los niños, en donde se van haciendo paradas para disfrutar de la naturaleza y tomar fotografías; mientras la ruta más larga es para jóvenes y adultos, en la cual el terreno es más intrincado.

Este es un proyecto de conservación que lo integran principalmente los pobladores de la Península de Macanao, los ecoguardianes, entre ellos se encuentran Pablo Antonio Millán, quien dice que “no hay conservación sin la gente, cualquier cosa que nosotros hagamos produce un paseo ambiental”.

Briceño Linares realzó el apoyo que han recibido de los hermanos Salazar, debido a que la reserva se encuentra dentro de su propiedad, así como a los maestros ambientalistas que trabajan tanto en Provita como en la Cooperativa de Ecoguardianes, y a Miguel Hernández y Bruno García (@HGFILMSMGTA) encargados de la divulgación de este proyecto.

Para mayor información se pueden comunicar con Provita a través de sus redes sociales en Twitter e Instagram @provita_ong.