Con malla plástica, nylon y madera, el marinero Desadel Acosta arma sus nasas para la pesca artesanal. / Foto: GÉNESIS VELÁSQUEZ

7 May, 2016 | Sentado en una banca de madera, el marinero Desadel Acosta pasaba el nylon por los agujeros de la malla con la que armaba una nasa de pescar el día que el equipo del diario Sol de Margarita lo visitó en una de las rancherías de playa La Caranta en Pampatar, municipio Maneiro.

El pescador pampatareño, de 52 años de edad, comentó que “en tres horas armo una nasa de pescar, es algo fácil”, además que la práctica lo ha convertido en todo un experto. Para elaborar este arte de pesca, tan común en la zona, utiliza malla plástica, nylon y madera.

Tiene 20 nasas y todas las semanas las coloca en la costa frente a Lagunamar. “Salgo bien temprano en la mañana a levar las nasas con un compañero y regresamos a la ranchería a eso de las nueve de la mañana”.

Explicó que las especies como las cunas y los candiles son escurridizos y algunos escapan de las nasas sumergidas en el mar.

Señaló que antes usaba muy a menudo la pesca con cordel, pero que ahora muy poco la implementa. “Solo cuando es tiempo de pulpo”, dijo.

Además de pescador

Acosta también se ha desempeñado como albañil, carpintero y obrero en la alcaldía de Maneiro, pero confesó que de todos estos trabajos el único que lo satisface es trabajar en medio del mar capturando variedad de especies.

“La experiencia ha sido buena. Hubo una oportunidad que agarramos 97.000 kilos de carachana, imagínate cuanto sería esa calada”.

La pesca como recurso de vida

Desadel Acosta aprendió a pescar con un grupo de amigos cerca de la bahía del Circulo Militar en Pampatar, cuando apenas era un jovencito.

De su padre, Hipólito Acosta, valora la enseñanza de cómo extraer la famosa “patecabra” Ha levantado a su familia trabajando la pesca artesanal y gracias a los resultados de la faena cuenta con embarcación propia para salir a navegar.