Son pocos los viajeros que transitan por el aeropuerto “Santiago Mariño”. / Foto: JHONNATAN BENITEZ

13 Abr, 2016 | Sin mercancía. Trabajadores de algunos de los comercios que funcionan en el Aeropuerto Internacional del Caribe “Santiago Mariño”, indicaron este martes que disponen de muy poca mercancía para ofrecer a los clientes que llegan interesados en adquirir algún producto. Señalaron que el problema no está solo en la cantidad de dinero que se debe invertir para solicitarles a los proveedores los productos que requieren, sino también en que los distribuidores han dejado de despachar artículos como lo hacían anteriormente, debido a que no los logran ubicar en el mercado.

A esta realidad, también le suma el bajo nivel de ventas, que desde hace casi tres semanas han venido reportando los locales del aeródromo regional. Explicaron que hay días que abren a partir de las 5:30 a.m. y que al llegar a las 11:30 a.m. han facturado solo tres artículos, lo que consideraron como una situación crítica que coloca en riesgo la estabilidad del negocio. Al mismo tiempo detallaron que de los pocos clientes que llegan a los locales, una parte solicita productos que son relativamente asequibles, aunque hay otros que aún se dan el placer de costear un producto de mayor valor económico. En el caso de las confiterías, el más solicitado por los clientes es el chocolate importado que no baja de los 800 bolívares.

Movilización. Soledad; con esta palabra se puede definir el ambiente percibido al llegar este martes al aeropuerto de la región insular. Los trabajadores de las aerolíneas señalaron que no ha sido necesario activar las listas de espera, ya que por la poca presencia de pasajeros en el terminal son muchos los boletos de viaje que están disponibles para la venta.

Calor en pasillos. Caminar en la aeroplaza es desesperante para los viajeros y trabajadores debido al mal funcionamiento de los aires acondicionados. “Me senté a tomar un café y me arrepentí de no haber escogido una bebida fría, porque el calor que hace aquí es desagradable”, comento la viajera Yannelys Hernández.